Por qué lo llaman GTA cuando quieren decir sandbox

Sigo en casa de mis padres, aunque ya por poco tiempo, y tengo en mis manos, precintado y maravilloso todo él, una copia de Just Cause 3 que no veo la hora de meter en la bandeja de mi PS4. Oh, sí, soy muy consciente de que no se ha llevado una gran nota en los anáisis de la red, y también soy consciente de que no me ofrece una gran historia, ni un gran argumento, ni un mundo especialmente lleno, ni un online que apure todas las posibilidades de divertida destrucción que posee el juego, pero en el fondo todo eso me la pela, porque... ¿Sabéis qué?

 

Creo que estamos confundiendo géneros

Y no, no le echo la culpa a mis compañeros, a la prensa ni a la afición, pero eso no quita para que siga opinando lo mismo: Tendemos a confundir géneros, a meter los juegos, especialmente los triple A, en grandes sacos en los que todo vale o debería valer, y así es difícil, muy difícil, brillar cuando ofreces algo nuevo. 

 

Pero dejad que me explique, que empiezo a parecer Tomonobu Itagaki pasado de cava: Sigue habieno un doble rasero a la hora de medir la capacidad de un videjuego. Pongamos por ejemplo Rocket League, el título de coches que juegan al fútbol que, sin ser un prodigio de la técnica ni un dechado de virtudes, ha terminado colándose hasta en mi lista de los 10 GotYs del año tan sólo porque su desarrolladora ha sido muy lista y ha sabido colar el juego con unas maneras muy sabias. 

 

Rocket League es lo que es, y nadie le está pidiendo más. No hay nadie pidiendo físicas reales con el peso de los cochecitos sobre el escenario de la arena, no hay nadie exigiendo que el cambio de carcasa conlleve un comportamiento diferente sobre el terreno, no hay quejas sobre unos DLCs de pago que sí mejoran el rendimiento del vehículo a la hora de golpear la pelota por la diferencia física del parachoques, ni gente que diga que se lo podrían haber currado con un modo carrera, que esto ya está muy superado.

 

 

No pasa lo mismo con los triple A

Y así, Just Cause 3 cae en la balanza de la ignominia al ser enfrentado desde su platillo al peso pesado de GTA sólo por ser un sandbox y Fallout 4 se lleva muchas collejas por no tener la capacidad de reacción de Wasteland 2 o Divinity por ser un RPG. Lo mismo que psó en su momento en Mad Max por no ofrecer un mundo variado o en Dying Light por no ofrecer un mundo más conversacional.

 

Estamos un poco locos, o quizá yo sea muy blando, pro creo que en el mundo de la prensa, a veces, no tenemos muy claro lo que hay que pedirle a un juego. Ojo, es complicado, comprendo que la labor del analista es ayudar a evolucionar el mundillo clavando la astilla y colocando un clavo allí donde el producto se tambalea para hacer así más seguros los futuros lanzamientos, pero también debemos ser concientes de los géneros que estamos tratando, del estilo de juego que se nos pone por delante, y analizar y hablar en consonancia a lo que vamos a experimentar. 

 

No pedir peras al olmo

Ya mis compañros han hablado de la importancia de un hueco en el mercado para que un producto se mire con mejores ojos, y ahora hay saturación de sandbox y es normal que queramos atar en corto para que nadie haga una compra de la que luego se arrepienta. Sin embargo, de ahí a comparar a la fuerza títulos con aspiraciones muy distintas hay un mundo.

 

Igual que no se nos ourre pedirle más a un Rocket League que es muy poquito en esencia, tampoco deberíamos estirar el chicle de la crítica más allá de lo que los desarrolldores han pretendido con su título: Just Cause es un rato de juego con los click de Playmovil, es meterle petardos a los coches de Hot Wheels o prenderle fuego a tu G.I. Joe más odiado. Más allá de eso, las compraciones son odiosas.

 

Sin embargo, la culpa no es nuestra, de la prensa, sino de las distribuidoras que engordan el mensaje al lanzar el juego y desvirtúan el mensaje original de los desarrolladores para hacerlos competir en el terreno de juego de los más vendidos del año. Hace fata más honradez a la hora de lanzar un juego para que así todos sepamos qué es lo que se pretende con él. Sólo así podremos saber qué debe mejorar y qué es así queriendo. Mientras no tengamos esta honradez, el trabajo de analizar, de comentar y aconsejar, seguirá siendo muy puñetero. 

 

¡Nos leemos!

<< Anterior Siguiente >>