¿Por qué Just Cause 3 huele a viejo cuando podría oler a nuevo?

Ya lo conseguí: Ya he vuelto a casa, ya me he pegado mis buenas cuatro horas de juego para quitarme el mono, y después de viajar por la Nueva Nueva Panau -a.k.a. Medicci-, comprendo por qué mis compañeros han tenido que ser tan duros con un juego que podría haber sido mucho, pero mucho más.

 

Just Cause 3 huele a viejo

Y eso es algo que a día de hoy sólo puedes permitírtelo si te llamas Tim Schafer o si estás sacando un juego alternativo. Just Cause 3 huele a viejo sin ser retro, y ofrece un desarrollo que apesta a arcade de SEGA sin ofrecer la potencia que ofrecía SEGA a cambio de sacrificar elementos como historia, continuidad y coherencia. 

 

Just Cause 3 tiene una historia que seguramente esté muy bien escrita viendo la cantidad de guionistas que han trabajado en ella, pero que se pierde por una pésima dirección y unos actores aún más pésimos y peor diseñados.

 

Just Cause 3 tiene un montón de misiones y momentos interesantes que se pierden por una continuidad inexsistente con un desarrollo a saltos que hace que pensemos en él como en un puzzle inconexo en el que las piezas están desperdigadas y vamos saltando de una a otra como si de un gran tablero de Juego de la Oca se tratara.

 

 

Y por último, Just Cause 3 es incoherente, ofrece una historia que no te queda clara, presenta unos diálogos que, a la hora de la verdad importan poco, y quiere ser tantas cosas que al final no es más que ese cajón de la cocina en el que acaban los cubiertos, los papeles, las recetas, los juguetes rotos y las piezas del mando que algún día arreglarás, convirtiendo su total en un batiburrillo que cuesta pasar por alto.  

 

Copiando a los mejores

Decía el otro día que a veces nos empeñamos en comparar un juego con otro parecido aunque sean de géneros diferentes, y remarcaba, se os pasó por alto, que la culpa es de la distribuidora, que se empeña en hacerlo competir en categorías para las que el juego no está preocupado. Me salté, viendo Just Cause 3, un tercer culpable: Los Desarrolladores, cuando se empeñan en copiar cosas que no parecen haber entendido demasiado bien. 

 

 

Just Cause 3 quiere ser Far Cry 4, y ofrece una experiencia de aventura muy chula, una historia que es peor que la del juego de Ubisoft -y esto es decir mucho- y unos personajes que dan risa floja. Que sí, que la saga siempre ha venido de la mano de la vergüenza ajena a la hora de plasmar sus personajes, pero en esta ocasión han intentado tomárselo en serio con un personaje que vuelve a casa, y eso es lo peor que podía haber pasado: Diálogos en los que no se ve a los personajes, doblajes justitos, personajes cutres y un malo malísimo que es cruel, pero lo es de una forma tan vacía y con tantos clichés que no consigue transmitir absolutamente nada. 

 

Podría haber olido a nuevo

Podría haber sido un gran juego si hubiera prescindido de esos momentos malos, de esos diálogos gratuitos y de esos personajes diseñados con una mentalidad del siglo pasado. Podría haber sido genial si nos hubieran dejado diseñar nuestro personaje y hubieran puesto el mundo a nuestro alcance para que disfrutaramos de todo lo bueno que tiene por ofrecer. 

 

Porque, tristemente, detrás de tantos errores y tantas prisas se oculta un juego francamente divertido que sigue sabiendo hacer lo que mejor saben hacer estos tipos: destruir, pilotar y hacer el tonto como nadie. Una pena que esto se una a un motor de disparos que huele a moho, un planteamiento muy mal llevado y una dirección amateur que no alcanza ni los mínimos exigibles a una historia que se queda coja desde el primer minuto. 

 

¡Nos leemos!

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