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Polémica en League of Legends: ¿Qué pasa con G2 y Fnatic?

Intereses económicos
Por Kysucuac

Hay muchas cosas que no me gustan dentro de League of Legends. Quién lo diría, ¿verdad? No soy una fiel defensora del juego, y considero que hay mucho que mejorar, pero lo que hoy toca tratar no tiene nada que ver con el metajuego, sino con algo que va más allá. Sabemos que, desde hace unos años, el MOBA de Riot se ha convertido en el fútbol de los deportes electrónicos. Resulta una comparación odiosa, y, sin embargo, es de lo más acertada. Las cifras que mueve la Liga de Leyendas en su aspecto más profesional han llegado a niveles que nadie esperaba, y han convertido a los eSports en lo que son ahora: un fenómeno de masas imparable.

 

No obstante, hay otro pequeño detalle que también ha heredado del fútbol y que se debe, precisamente, a haberse convertido en un fenómeno de masas con demasiadas cifras que mover. El “salseo”, como lo llamaría un gran amigo mío, es real. ¿Que qué es el salseo? ¿El concepto “salsa rosa” os suena mejor? El marujeo, el cotilleo, los chanchullos... En fin, como en el fútbol, donde nos preocupa más el peinado de cada jugador que los éxitos o los fracasos de cada club. Bueno, quizás no hayamos llegado a ese punto con el eSport del momento, pero sí hay algo que ha afectado a “los más grandes”.

 

Todo empieza siempre con un rumor. Hace unos días que varios medios de comunicación comentaban un suceso que podría llegar a ser preocupante: un posible vínculo entre Fnatic y G2 Esports. Con ese vínculo no me refiero a lo bien o lo mal que puedan llevarse los jugadores, sino que se trata de algo más bien a nivel de club. Parece ser que ambos clubes tenían intereses financieros en común, algo que rompe las normativas de la Primera División, la LCS, y que podría suponer la expulsión de ambas equipos.

 

Como es lógico y normal, Riot, ante el más mínimo rumor, decidió investigar, descubriendo que, efectivamente, hay gato encerrado. Jens Hilgers, inversor de G2, había dado un préstamo a la empresa dueña de Fnatic, Sannpa Ltd.

 

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El vínculo de Fnatic y G2, aunque indirecto, viola el Acuerdo de Participación de la LCS

 

La situación es la siguiente: Hilgers es un inversor minoritario de G2 Esports, aunque, según la propia Riot, parece que no existe ningún conflicto de interés inmediato ante el préstamo de éste con la empresa de Fnatic. “Esto no quiere decir que se haya dado algún tipo de control establecido por Hilgers sobre Fnatic en el pasado o en el presente, y, del mismo modo, no se crea un estado futuro en el que se garantice dicho control”. Es fácil decirlo, pero si Sannpa es incapaz de pagar el préstamo acordado, Fnatic pasaría a ser propiedad de Hilgers.

 

¿Por qué explica Tita Kysu toda esta movida económica? Bueno, porque en una situación normal, ambos equipos (o, al menos, uno de los dos) habrían sido expulsados de la LCS. No obstante, la compañía desarrolladora del MOBA estrella ha tomado una decisión algo leve: ha llamado la atención a ambos clubes y obligará a Hilgers a revertir su préstamo o a renunciar a sus acciones dentro de G2 Esports.

 

Por supuesto, lo decidido por Riot no le ha sentado bien a todo el mundo. Claro ejemplo de ello han sido las declaraciones de MonteCristo, que no ha tardado mucho en dejar constancia de su malestar vía Twitter. Christopher Mykles (MonteCristo para los amigos) fue suspendido por la compañía y obligado a vender sus equipos por supuestos contactos indebidos. Aunque la polémica quedó atrás, es normal que resurja de las cenizas ante la suave medida que ha tomado Riot en lo que respecta a Fnatic y a G2. ¿Y por qué pasan estas cosas? Hombre... Por un lado, uno de los equipos más míticos de League of Legends; por otro, la gran estrella europea del momento. Más claro, agua, ¿verdad?


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