Pokémon X/Y y la variable Son Gohan
La longeva saga de Pokémon ha anunciado una interesante novedad para sus combates: las mega-evoluciones. Tomando una megapiedra, el pokemon adoptará, valga la redundancia, su forma “mega” durante la batalla en la que la ha consumido, aumentando considerablemente sus habilidades. Una vez finalizada la contienda, la criatura volverá a su estado original.
La capacidad de un ser de convertirse en una versión más poderosa de sí mismo durante una pelea es algo muy japonés, y descompensa el combate. Lo hemos visto en forma de Ultra en Street Fighter IV, en los determinantes Instant Kill de Guilty Gear, en la forma de Fénix de Marvel vs Capcom 3, en los límites de Final Fantasy VII y un largo etcétera.
Pero la exageración momentánea del poder de un personaje no se popularizó en los videojuegos, sino en el manga, con Dragon Ball y Son Gohan. Es un recurso narrativo recurrente. Se presenta un enemigo poderoso, nadie lo puede derrotar y alguien del plantel de héroes se cabrea y hace un “Son Gohan”, cargándose al villano de turno con el momentáneo poder que ha adquirido. Lo hemos visto también en Naruto, en Gantz, en Bleach, One Piece... De hecho, rara es la pelea que no acaba con un berrinche.
La traslación del “momento Son Gohan” a los videojuegos de lucha le da ese puntito aleatorio, divertido pero injusto a veces. Controlas un combate, te comes un ultra y la pelea da la vuelta. Pero pese a ello, es innegable que genera tensión e incluso ese factor aleatorio que, en ocasiones, es de agradecer.
Nunca he sido un gran jugador de pokémon. He jugado al rojo en gameboy y le di un poco a otros de manera poco constante, pero su sistema de combate siempre me ha gustado. Es clásico, basado en estadísticas y con una interesante cantidad de variantes en lo que a clases de criaturas se refiere. Pero la característica más signficativa bajo mi punto de vista es que la victoria, en la mayoría de los casos, viene determinada no por lo bien que juegas en la batalla sino por el poder tu pokémon con respecto al otro, teniendo que escoger con cuidado las cualidades de tu equipo y su tipo, es decir en todo el trabajo previo antes de enfrentarte a tu oponente. Si no estudias bien el examen, no importa las chuletas que tengas contigo.
Desde esa óptica me resulta apetecible que hayan añadido este factor Son Gohan, capaz de romper la dinámica tradicional de los combates. Ahora falta saber lo importante: si las megapiedras podrán ser usadas en el online o sólo funcionarán como el límite en un JRPG o en un beat´em up convenciona, sin rivales capaces de responderte con otrol. Pokémon es un título con una gran legión de jugadores a nivel competitivo, por lo que la desarrolladora se ha de cuidar mucho en este aspecto.
En cualquier caso, más que añadir únicamente novedades de bulto o estéticas, lo cierto es que este Pokemon X/Y está apostando por introducir nuevas opciones a sus ya de por sí ricos combates, algo que es marca de la casa de los productos relacionados con Nintendo: afinar la propuesta sin que ésta modifique del todo nunca sus bases. Pues la contextualización de la fórmula para 3DS parece acertada, motivo más que suficiente para no perder la vista a la nueva iteración de la saga de montruitos más famosa de todos los tiempos.
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