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Pokémon Legendarios: Hoopa me sobra en el equipo

Y en el PC
Por Kysucuac

Estoy demasiado nostálgica, lo digo desde ya. Primero Digimon, luego Medabots y ahora me toca hablar de Pokémon. Y digo que me toca porque así yo lo he decidido en realidad, no porque nadie me haya asignado el tema. Es más, Dayo no quería que hablara de Pokémon. Pero aquí no estamos para hacerle caso a Dayo (y ahora es cuando todos sus fans se me echan encima), así que voy a hablar de Pokémon, le duela a quien le duela. No sólo voy a hablar, me voy a quejar como la vieja cascarrabias que soy.

 

Hay mucha gente que piensa que los únicos Pokémon que merecían la pena eran los 150 primeros. Después de aquello, se hicieron burdos intentos de conseguir Pokémons monos o alucinantes. Los iniciales empezaron a ser cada vez más feos, y los que se salvaban evolucionaban a aberraciones del averno. Pero la cosa empeoraba si nos metíamos en Legendarios. Al principio te entraba una ilusión (y una ansiedad) tremenda al enterarte de un evento para repartir los Pokémon Legendarios. Ahora que ha llegado a Occidente Hoopa… Yo no lo tengo tan claro.

 

Bueno, tengo claro que se trata de un Pokémon Legendario que, por su aspecto físico, puede pasar totalmente desapercibido. Carece del brillo o el carisma de otras criaturas, como Mew o Lucario por poner dos ejemplos algo diferentes. Sí, Lucario no era un Pokémon Legendario, pero para mí cuenta como tal. Tampoco es que Hoopa tenga la majestuosidad de los Tres Pájaros Legendarios o de Lugia, así que queda más bien en un Legenmeh. Ni siquiera Barney estaría orgulloso de él.

 

Cabe la pequeña y minúscula posibilidad de que a mí hayan dejado de gustarme los Pokémon porque he crecido, porque me estoy haciendo mayor. Es algo que me repiten tan a menudo que voy a tener que ir pensando que, oye, lo mismo es cierto. No obstante, luego me digo a mí misma: ¿Si han dejado de gustarme, por qué tengo tal fanatismo por Flareon? Cualquiera me diría: Ah, es que Flareon es de la primera generación y te trae recuerdos. Claro… ¿Y Silveon? ¿y Luxray? ¿y Amaura? Pues lo mismo no es culpa de mi avanzada edad, oyes.

 

A ver, está bien (y con está bien quiero decir que es comprensible) que a los señores de The Pokémon Company se les acabe la inspiración y tengan que sacar bichos aleatorios de cualquier cosa. Y al final te encuentras a ti mismo luchando como un maldito helado. Pero te gusta. El problema, en realidad, es que cuando piensas en un Pokémon Legendario, tú piensas en algo grande. No grande de tamaño, sino grande por su forma de ser, de actuar, por ser un Pokémon carismático y misterioso a más no poder. Vamos, yo pienso más en un Cresselia que en un Hoopa. Es más, Milotic se merece mucho más ese título de Legendario. Aunque eso ya es otra historia.

 

En definitiva, hay legendarios (y no legendarios) que sobran. Por un lado tenemos a Pokémon como Giratina, que mantiene el equilibrio del mundo; a Groudon y Kyogre, que crearon el planeta, a Dialga y Palkia, creadores del tiempo y el espacio... Y por otro tenemos a Hoopa, que, en fin... Puede trasportar objetos en el espacio gracias a sus anillos y se vuelve loco si lo sacas de su vasija. No muy diferente de Jafar cuando se transforma en genio malvado, vamos.


No hay duda de que un poquito sí que se les fue la pinza con eso de copiar la Biblia a la hora de crear la historia de Pokémon. Así que tampoco es que yo pida que todos los Legendarios sean Arceus. Sólo que realmente merezca la pena participar en uno de esos eventos chachi pistachis para poder conseguir a Hoopa. Siempre podéis darme un Milotic con su brilli brilli y su divineo, que yo con eso soy feliz. A Feebas me lo ahorráis, gracias.


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