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PlayStation 4 vs Xbox One: Duelo de mandos

Probamos los nuevos mandos
Por Víctor Junquera

Dual Shock 4 y el Xbox One controller son uno de los mayores puntos de discusión sobre el salto a la nueva generación. Ambos mandos intentan ofrecer novedades pero conservando la forma clásica de jugar, ambos mandos han mejorado sus respectivas fórmulas que llevaban muchos años funcionando, y ahora, a escasos meses de estar entre nosotros, hemos tenido la oportunidad de probarlos y de juzgar por nosotros mismos más allá de que te vendan 40 mejoras inapreciables a simple vista.

 

A pesar de que esas anunciadas 40 mejoras corresponden al mando de Xbox One, podríamos empezar por hablar del mando que más ha cambiado, que es el Dual Shock 4. Tras tres generaciones con pequeños cambios, esta vez tenemos un cambio de forma bien recibido, al contrario que aquel intento de Banana-Boomerang-Controller de PS3. Dual Shock 4 es un mando ligeramente más alto, ancho y largo que su predecesor, y no sólo por la incorporación del touchpad multitáctil en la parte central.

 

dual shock 4 dual shock 3 comparativa

Mayor separación entre los joysticks y menor separación entre las direcciones de la cruceta. Dos claves importantes.

 

Las agarraderas del mando han cambiado de forma, ya no pretenden tener esa tendencia a lo afilado que en el pasado se consideraba como algo futurista sino que ahora se tiende a la comodidad absoluta, formas redondeadas y bien adaptadas a cada curva de la mano, como si de dos PlayStation Move unidos se tratase, añadiendo una superficie gomosa antideslizante en cada lado, pero sin un tacto desagradable o que haga que tus manos suden desde el minuto 1.

 

Es un mando más grande, pero no por ello los joysticks fuerzan los dedos a una posición incómoda como a muchos les pasaba con anteriores Dual Shock. Aunque las setas son más pequeñas que las del Dual Shock 3, están ligeramente más integradas en cada agarradera, con lo que la precisión de las direcciones aumenta, más aún con el cambio de forma que, por fin, hace que el dedo encaje. Más de lo mismo para los gatillos, con una sutil muesca en la que encajar los dedos y no una curvatura que funcionaba más como tobogán que como gatillo. El resto de los botones y la cruceta se mantienen fieles a sus orígenes, con los mismos pros y contras que han venido acompañando durante años.

 

No hemos podido probar controles giroscópicos o utilidades para el indicador LED del mando, pero sí que el touchpad integrado tiene una función muy sencilla, no sólo como botones adicionales como si de una pantalla táctil se tratase, sino como forma de navegación imprescindible para pasar sin problemas ni tedio por menús y mapas, a medio camino entre ratón y pantalla multitáctil, además, con botón al pulsar al más puro estilo L3 y R3. ¿Utilidades en juegos? Pocas, pero al menos la navegación por los menús de la consola ya se hacen más atractivos que en Xbox One con Kinect.

 

Xbox_One_ControllerPero por suerte, no necesitaremos Kinect en Xbox One y viene de serie con un mando más que solvente. Al contrario que con el Dual Shock 4 y sus predecesores, el nuevo mando de Xbox One da la impresión de ser más pequeño que el considerado mejor mando jamás hecho de Xbox 360 a pesar de ser muy similares en dimensiones, pero sus formas más afiladas y su mayor ligereza, se notan. Ligereza, por supuesto, jugando con el mando enchufado a la consola o con la batería del Kit Carga y Juega a la venta por separado, que con las pilas AA incluidas con el mando el peso, evidentemente, aumenta.

 

Lo que tal vez no se note tanto es la vibración independiente de cada gatillo, algo que por alguna razón esperábamos como si del equivalente del force feedback de un volante se tratase aplicado a la pulsación progresiva de los gatillos pero que al final ha resultado ser sencillamente un par de rotores colocados bajo los gatillos para que la vibración sea mejor y deje de parecerse a la de un móvil correteando sobre una mesa.

 

Pero el mando de Xbox One tiene muchos detalles positivos que le hacen sobresalir por encima de cualquier mando hecho. En unos casos no tanto, pero en otros no es una exageración. La cruceta del mando de Xbox One es perfecta. Sin cortes, sin sobresalir demasiado, pero con tacto. Una evolución de la cruceta utilizada por Nintendo desde el principio de los tiempos, la eterna cruceta de Super NES preferida por todos, pero con un tacto metálico que no roza en los dedos y sin sobresalir tanto como para dejar marcas por las diagonales.

 

Por supuesto, ni de una ni de otra hemos podido probar los nuevos botones que sustituyen a Start y Select/Back, pero no hace falta un análisis del botón en sí sino de sus funciones aún por desvelar, y para eso, mucho nos tememos que nos quedan unos meses. En definitiva, será una batalla interesante por el mejor mando de la que, como siempre, Wii U se mantiene al margen. PlayStation 4 no se adapta del todo a la tendencia actual, pero con el touchpad añade decenas de opciones interesantes en una plaquita de 3x2cm, mientras que Xbox One ha decidido seguir en la línea del acierto con mejoras que no desentonan, pero se notan. La realidad es que ambos nos gustan, pero ya que sabemos que este debate se extenderá durante los próximos 10 años, vamos a ir comenzándolo ya.


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