Personajes olvidados: Turrican

Los más viejos del lugar guardamos buenos recuerdos de la obra más famosa de Manfred Trenz... y no nos estamos refiriendo a las polémicas The Great Giana Sisters. En su continua búsqueda de retos en forma de código máquina, nuestro hombre rendía culto y pleitesía a mágicos lanzamientos del país del sol naciente, como el mítico Metroid de Nintendo o el clásico Xain’d Sleena de Technos. Con tan particular fusión y añadiendo un poco de aquí y otro de allí salió su rotundo Turrican, un juego de acción y plataformas de corte futurista que exprimía hasta lo indecible el hardware de Commodore 64, siendo por otro lado uno de los primeros títulos en sacarle jugo a los por entonces jovencísimos chips del Amiga.

En la Europa de 1990 lo más común del mundo era que cualquier juego de éxito fuera transportado a la mayoría de sistemas posibles, siempre dentro de sus posibilidades. Así, en un terreno donde las principales plataformas eran los ordenadores personales, Turrican saltó de las máquinas de Commodore hacia terrenos igualmente cómodos como Atari ST, arriesgando aún más su fisionomía convirtiéndose para Spectrum y Amstrad CPC. Más que por sus ventas, era el prestigio de gran programa el que suscitó el interés de productoras como Accolade (a través de su sello Ballistix) o Imagineer, trasladándose así a consolas como Megadrive, PC Engine, Gameboy o NES. No cabía duda de que Turrican había calado hondo.

A pesar de ello, pocos eran los que se esperaban un bombazo tan alucinante en forma de segunda parte: Turrican 2, The Final Fight. Este hito supondría para Factor 5 el espaldarazo definitivo de cara a ser reconocidos como uno de lso grandes desarrolladores del momento, ya después incluso de haber lanzado joyas como Katakis, Z-Out o la versión Amiga de R-Type. Con el talento de Manfred Trenz, Andreas Escher, Holger Schmidt, Chris Hülsbeck y el jefazo Julian Eggebrecht saldría una superproducción que elevaría al Amiga a una altura a todas luces inalcanzable por sus competidoras contemporáneas. Ni siquiera en recreativas era fácil contemplar un juegazo de tamaña calidad, mientras que Atari ST, Commodore 64, Spectrum y Amstrad CPC (y años después PC) se encontrarían con unas conversiones de menores prestaciones pero igualmente competentes.

Dicho que da que Turrican II es una obra que no debería dejar de probar ningún jugón que se precie. Como arcade era y es un programa redondo, limpio de fisuras tecno-lúdicas y una curva de dificultad apasionante. Y tenía carisma, con ese Bren McGuire enfundado en su futurista armadura disparando por doquier rayos de todos los colores. Es entonces cuando Accolade, en uno de los movimientos más cutres del mundo del videojuego, se hace con la licencia del film 'Soldado Universal' y utiliza en Super Nintendo y Megadrive el trasfondo jugable de Turrican II para colocarle de manera burda unos decorados y sprites que aparentemente deberían casar con la película de Van Damme y Dolph Lundgreen. Avanzando en el juego Universal Soldier se volvería cada vez más Turrican II... pero la cagada ya estaba hecha.

No obstante, Turrican llego a una tercera iteración que vería la luz en Amiga (Turrican III) y Megadrive (Mega Turrican). Ya no estaba Manfred Trez, pero el nivel del juego era alucinante, más cercano a la acción típica del arcade nipón que al complejo sistema de juego más a la europea de los dos primeros títulos. Y qué músicas, con un Chris Huelsbeck que lo daba todo. Por su parte, Super Nintendo acogería en sus circuitos Super Turrican, acercándose más a la mecánica de los juegos originales sin por ello dejar de lado el tremebundo potencial de la 16 bits de Nintendo. En este sentido, mucho más salvaje sería Super Turrican 2, donde una Factor 5 que ya por entonces había trabajado para grandes como LucasArts o Konami regaló a los fans de la saga un cartucho absolutamente brillante.

Y a partir de aquí, se le pierde la pista a Turrican. Mientras Factor 5 coleaba, se prometía continuamente el regreso del héroe de la armadura, llegándose incluso a ver algunos pantallazos correspondientes a una hipotética secuela para PC y compatibles. También se dijo que terminaría viendo la luz en Game Cube (con el nombre Thornado), mientras que muchos ya perdimos del todo la esperanza al ver como los desastrosos resultados de Lair arrastraban a la mítica desarrolladora alemana a la tumba. Nunca dejan de escucharse rumores al respecto del glorioso regreso del hombre-máquina, pero al final siempre terminan cayendo en saco roto. Sin embargo, el bueno de Chris Huelsbeck me contó hace algún tiempo que algo se estaba gestando al respecto...