Peligros del salto al digital para una revista impresa española
Te puede gustar más o menos la prensa de videojuegos impresa de nuestro país, pero me extrañaría que alguien dudase de la labor con la pluma de dos grandes del medio como lo son Bruno Sol y Marcos García, que bajo los alias de Nemesis y The Elf nos han traído durante veinte años la actualidad del ocio electrónico a nuestros quioscos. Sí, Super Juegos, a lo largo de toda su historia ha tenido momentos mejores (y muy excelentes) y peores, PlayStation Oficial podía cumplir su cometido, pero la obra de esos dos autores, por méritos propios, son míticas, y los echaremos de menos tras su marcha del Grupo Zeta. Lo confirmaron ellos mismos en Twitter y yo volví a reflexionar sobre la prensa impresa y su futuro: ¿Está encarando su muerte en España y en el mundo?
Y no es que lo diga yo, es que los acontecimientos hablan, y revistas históricas caen por todo el mundo, dejando fósiles que merecerán ser estudiados en los años venideros para conocer qué llevó al papel a dejar de ser una fuente interesante de opiniones para los lectores. La respuesta parece fácil, la instantáneidad de Internet y lo económico que resulta es una realidad, pero esos medios impresos pudieron cambiar su interacción con el lector y haber luchado por ofrecer otros contenidos que se alejasen de la prensa tradicionalista que llevamos consumiendo durante los últimos años. De hecho, la respuesta que doy es simple y llega a ser endeble: ¿en serio la gente no consume por esos motivos? ¿Cómo se explican las revistas que copan la información de videojuegos en librerías de todo el mundo? La situación española será por algo, ¿no?
¿Solución? Muchas, pero el cambio de soporte se erige como una necesidad para sobrevivir más que una opción. ¿Pero cómo sobrevivir con ello en un país como el nuestro? Es un debate complicado. Hablar de cambiar y combinar el consumo de las revistas impresas actuales (o las que quedan) con la realización de una nueva edición para tablet y dispositivos móviles igual que lo están haciendo muchas revistas en todo el mundo, suena a osadía en un mercado como en el nuestro en el que, primero, los usuarios de las tablets hacen de todo en ellas menos leer y segundo, todavía no hay tantos clientes como para lanzarse a ello sin miedo. Es fácil convertir en PDF una revista y servirla en los distintos medios de distribución disponibles, pero eso no funcionará siempre: el futuro de las revistas depende de adaptar su contenido y usabilidad a la de los distintos elementos que las reproduce, en caso de no hacerlo, estaremos perdiendo el tiempo y muchos recursos que valen la pena.
Ya os hablé de ello hace unas semanas con la desaparición de la revista oficial de PlayStation en España: Edge está haciendo un trabajo surrealista en ese campo y es, en el caso de los videojuegos, el ejemplo a seguir. Multimedia, acceso a contenido exclusivo en múltiples formatos y adaptabilidad de la maquetación al servicio del usuario, no del dispositivo. Es un paso importante, y en España no se confía todavía en el proceso y es obvio que no se haga: debemos avanzar, debemos decirles a esos consumidores que hay un futuro para el medio en otros dispositivos. La pregunta, entonces, sería saber si el público español, el que convierte al Marca en el periódico más consumido del país, si está interesado en una resurrección del medio de la revista en una nueva superficie.
Definitivamente, hay que reinventarse, pero más allá de mis meras palabras, estamos ante un reto complicado y digno de titanes. De hecho, no comprendo cómo es posible que algunas de las páginas más importantes del país no hayan visto todavía la oportunidad de expandirse por la red con unos recursos mínimos con sus publicaciones e intentos de desarrollo fuera del puntocom y el puntoes. También lo comenté en la noticia de PlayStation Oficial: ¿qué nos impide llevar a MundoGamers a una revista mensual con contenido exclusivo y sacado de la propia revista que estás leyendo? Es una inversión que dará pocos resultados al principio, pero estoy convencido que estamos ante un territorio virgen en el que el primero que se lance sacará buenas cosas. Nos falta apostar.
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