PCs a precios desorbitados
Piston le ha puesto precio a una de las incógnitas de este año: el ordenador con el sello de calidad de Valve costará nada y más y nada menos que 1.000 dólares. ¿Caro? Lo comparamos con otros equipos de parecidas características para sacar nuestras propias conclusiones aunque las especificaciones de la máquina no nos parece que valgan lo que Piston quiere que paguemos por ellas a no ser que le demos mucho peso a la estética a la hora de tomar la decisión.
El equipo de Piston va a integrar un procesador a 3,2 Ghz, 8GB de memoria DDR3, una GPU de la serie 7000 de Radeon y se puede escoger entre varias opciones de almacenamiento SSD desde los 64 hasta los 512GB. Si tomamos como referencia el magnífico texto que Vittorio escribió en esta misma casa, uno que yo mismo he tenido en cuenta a la hora de configurarme un ordenador pensado para jugar a todo trapo, podemos encontrar un modelo que se acerca a lo que nos ofrece Piston por algo más de 600€.
Quizá la mayor diferencia radique en conseguir una gráfica de la serie 7000 de gama alta, cuyos últimos modelos sí que pueden encarecer en demasía el producto final, pero salvo el disco duro SSD (se pueden conseguir unidades de 120GB por unos 80€ si se mira bien) el resto de componentes se pueden conseguir a unos precios más que competitivos. Entonces... ¿a santo de qué narices nos quieren clavar mil eurazos los amigos de Piston?
La respuesta tiene seis letras y se resume en una palabra: Diseño. O, quizá, portabilidad. O comodidad. No nos engañemos, muchos usuarios no están dispuestos a volver a tener un mazacote metálico en su salón o en su cuarto de ocio. Prefieren las formas redondeadas de una PS3 o una Wii U o las líneas de una Xbox 360 que, por lo menos, tienen algo de estilo. Por no hablar de los que no tienen espacio. Piston solventa esos problemas de un plumazo. Quizá no sea una maravilla estética pero es resultón y, lo más importante, apenas ocupa espacio.
Nos asaltan las dudas al respecto de cómo va a disipar esa máquina el calor que generen sus componentes con una arquitectura tan minúscula y sin espacio para la ventilación pero queremos creer que es un problema que Piston tiene solucionado desde hace tiempo. Vistos los pros y los contras, la decisión queda en manos del usuario. ¿Merece la pena pagar esos 200-300 euros extra por una cuestión de estética? Porque, pensando con la mentalidad de un jugador, se antoja más rentable invertir ese dinero en mejorar las prestaciones de un Piston dentro de una carcasa que optar por la máquina certificada por Steam.
Otro debate es el del espacio y el de la estética en el que entran intangibles que cada uno debe valorar. En cuanto a relación calidad-precio, el Piston se va ligeramente por lo alto.
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