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PC, consola o portátil ¿existe la plataforma perfecta?

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Por Alvaro Ondina

Por los foros de internet es común encontrarse el árido debate de si es mejor jugar con consola o jugar con ordenador. Es una idiotez porque las respuestas que se dan se basan en a lo que uno se ha acostumbrado a jugar desde pequeño. Difícilmente alguien que nació con una megadrive y creció con una PSX, sin probar nunca las mieles de un PC, dirá que un compatible es la opción ideal, y viceversa. El PC ofrece ventajas que en las consolas resultan inimaginables: las opciones de configuración, los mods y los precios de sus productos, pero en lo que más acaban distanciándose es en el modo de jugar. Ratón y teclado contra pad, y sofá contra escritorio.

 

Este fin de semana estuve jugando al Rayman Origins. Lo tenía en PC, conseguido a través de Uplay, pero cuando lo jugué a en el ordenador, no llegó a gustarme precisamente por lo que indicaba arriba, por el dónde y el cómo. Curiosamente, tampoco lo disfruté en PS3. No fue hasta que lo tuve en mi PSVita donde me reencontré con unas sensaciones similares a las que había disfrutado con los plataformas de GameBoy, entonces el juego cobró su auténtica forma y pude disfrutarlo plenamente.

 

Preciosos recuerdos de infancia

 

Pero del mismo modo que un plataformas de corte clásico me enganchó jugado en una plataforma clásica en mi infancia, no me ocurrió lo mismo en el momento de jugar a Team Fortress 2 o Deus Ex: Human Revolution. En títulos donde el control del campo de combate resulta fundamental, donde la precisión de tus acciones ha de ser milimétrica para tener éxito, lo cierto es que el pad se queda corto contra la respuesta de teclado y ratón, más si hablamos de la velocidad efectiva a la que puede girar la cámara para buscar un nuevo objetivo. En títulos competitivos como Call of Duty o Starcraft II incluso el jugar con un ordenador apoyado en una mesa y el cuerpo en tensión estirado hacia adelante, es más propio que estar tumbado en el sofá como haría con Rayman Legends. Aquí es cuando el PC alcanza su punto álgido y yo, pese a haber sido consolero toda mi vida, reconozco sus virtudes, optando por esta plataforma para jugarlos.

 

Hemos tenido casos fallidos de trasladar el control de un ratón a la consola. Tanto Kinect como Move no dejan de ser intentos de permitirnos trastear con la pantalla del televisor estando sentados, o de pie, según el caso. Queda demostrado que la sensación ni se acerca ni funciona. Tan discutibles como la ineficacia de estos sistemas son los ports que trasladan un título de PC a uno de consola. Estas migraciones dejan más patente que cualquier otra cosa las diferencias existentes entre ambos y la dificultad de convertir un lenguaje de una plataforma a la otra, lo que ha acabado llevando al jugador a diferenciar entre “juegos de PC” y “juegos de consola”.

 

En este debate, como dije, mi postura siempre será la misma: jamás jugaré a un Diablo III en una consola, pero tampoco disfrutaré de Rayman Origins en un PC. Cada sistema tiene su puntito particular que lo hace imprescindible y mágico, pero, sin lugar a dudas, el módelo de negocio ideal es con el que cuenta el PC, uno al que sueñan con aproximarse las videoconsolas, Sony en especial con ideas como el Psn+. Pero aún le queda mucho trabajo a las consolas para poder competir en este apartado con los compatibles, porque ¡Ay, esos mods, qué ricos! Y no olvidemos que un PC se puede conectar a la tele y a un pad para emular la experiencia de una Xbox360. Quizás la próxima generación, empeñadas como están en compararse con los PC aunque sólo en lo superficial, decidan descubrirse con más ventajas frente a ellos que la mera cotidaneidad y la comodidad de un sofá. Tiempo al tiempo, mientras tanto ¿qué títulos preferís vosotros jugar en qué sistemas?


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