1. Mundogamers
  2. Noticias

Patreon y el sueldo crowdfunding

¿Una nueva vía para el periodismo independiente?
Por Dayo

“Parece que hay un montón de ‘pagadme para que pueda ser yo’ ocurriendo estos días”. Son palabras de Rab Florence, también conocido como el autor de Lost Humanity, así que un respeto. Florence está hablando de Patreon, una plataforma que parece estar empezando a cobrar fuerza en estos últimos meses.

 

Si Kickstarter es crowdfunding para financiar un proyecto, Patreon lo es para dar un sueldo. Los proyectos establecen un ciclo de pago (cada mes, con cada vídeo, con cada X páginas…) y los patrones dictan cuánto pagarán a cada ciclo.

 

Básicamente le estoy pagando 4 euros al mes a Christopher Franklin para que haga Errant Signal. Junto con otras 414 personas le estoy dando un sueldo de 1.783 dólares al mes (1.285’21 euros al cambio). Es una forma más rápida de resumirlo.

 

Pero Franklin (también conocido como Campster) no es el primero ni el que me ha inspirado a escribir este artículo. Todo empezó hace cosa de una semana cuando vi que Leigh Alexander, una de las autoridades de la prensa especializada en videojuegos, usaba su cuenta de Twitter para promocionar Critical Distance, un blog que antes formaba parte de Gamasutra. Hubo varios tuits y retuits y en el momento de escritura de este artículo tiene a 156 patrones pagándole 1.989’5 dólares al mes (1.434 euros al cambio). La verdad es que el blog en sus propios méritos no tiene mucho: es una recopilación de distintas críticas o blogs sobre videojuegos. Sin embargo, su mérito reside en qué clase de blogs emplea como referencia: mi toma de contacto fue Uncharted 2 y acabé leyendo sobre disonancia ludonarrativa, minimalismo y sutileza en el diseño y uso de referencias culturales.

 

En otras palabras, no es algo habitual y contribuye a reflexionar sobre nuestro medio.

 

 

Sin embargo, el caso que más me ha llamado ha sido el de Matt Lees, exmiembro de Videogamer y reconocido por sus redoblajes del E3 o por atreverse a criticar Bioshock Infinite. Le ha bastado retomar su viejo canal de YouTube y prometer que ofrecerá contenido regular para conseguir que 513 personas le paguen 2.544’99 dólares al mes (1.834’58 euros al cambio). De momento tiene muy poco contenido, pero si estáis dispuestos a echarle un vistazo merece vuestro tiempo.

 

Pero esto no sólo se limita a videojuegos. Tenemos proyectos como Jago Dibuja, Romantically Apocaliptic, mi amadísimo Saturday Morning Breakfast Cereal o a Smooth McGroove solicitando patrones para que financien sus proyectos. Es una comunidad en constante crecimiento, pero comprensiblemente más de uno encuentra su dignidad debatible. Florence dio el pistoletazo de salida al tuitear “Hay algo hermoso en el hecho de que @leighalexander, con todo lo importante que es, no se haya hecho un Patreon”, a lo que Alexander razonó que “alguien que es ‘importante’ debería esperar tenerlo más fácil a la hora de vender su trabajo”, pero Florence no lo tenía muy claro.

 

Los argumentos de Rab se basan en la premisa de que esta es una vía fácil que invita a relajarse y no luchar. “Un escritor que tiene que trabajar y cambiar y desarrollarse para conseguir que le paguen será más valioso que un escritor que provea un servicio plano”, argumenta. “Cuando empecé a escribir (y esto era escribir para la televisión) me advirtieron que no había dinero. Que era difícil. Escribí durante años sin ganar nada, pero seguí cambiando, intentando mejorar, persiguiendo algo”.

 

Florence deja muy claro que no pretende decir “ESTOS NIÑOS LO TIENEN TAN FÁCIL [sic]”, pero parece claro que él ve el éxito online como algo distinto al laboral. Personalmente no estoy de acuerdo. Sí, soy un youtuber, podéis decir que eso me hace parcial. Pero esto me trasciende. Estoy hablando sobre tantos webcómics y tantos artistas a los que me gustaría ver triufar y vivir de eso. No me importaría pagar para ver EverymanHYBRID terminar de una maldita vez, y me encantaría que gente como Matthewmatosis o George Weidman pudiesen vivir de sus críticas de videojuegos. Además, como ya dije en su momento, es difícil ser famoso. A mí me llevó siete meses llegar a los 200 subscriptores y aquí estoy: diecisiete meses después y acabo de superar los 7.000.

 

 

Aquí es donde entran Matt Lees y Campster. Lees expresa algunos de los problemas con la prensa online y su inmensa dependencia en el número de visitas, diciendo que “no quiero trabajar en un sistema que considere que un contenido visto por 10 000 personas es un fracaso”, mientras que Campster postula que sólo aquellos que suben mucho contenido a mucho público pueden vivir de la publicidad y eso deja a gente como él, que sube cada mucho tiempo, fuera de la ecuación.

 

Pero me estoy centrando demasiado en la plataforma. Lo importante no es lo que sea, sino lo que supone.

 

Al igual que Kickstarter ha dado luz a juegos que no se habrían desarrollado de otro modo, Patreon está dando seguridad económica a gente que de otro modo quizá nunca tendría la oportunidad de vivir de algo donde pueden contribuir enormemente. Como he dicho, esta plataforma sirve para mucho más que esto, pero puede dar luz a una nueva corriente de periodistas y blogueros independientes, que puedan trabajar sin ningún miedo. Como dice Jim Sterling: “Me parece bien que cualquiera se las arregle para hacer esta mierda en sus propios términos, da igual por qué medios”.

 

Pero aquí es cuando Florence entra de nuevo: “NUNCA es bajo sus propios términos. No lo es con los subscriptores, patrones, lo que sea. Un escritor tiene que ser capaz de decir ‘que os jodan’ a sus lectores de vez en cuando. En cualquier caso, eso es lo que pienso”.

 

Dudo que Florence se refiera a un ‘que os jodan’ literal, pero su frase da qué pensar ¿Hasta qué punto un espectador está dispuesto a soportar ciertos cambios? ¿Hasta qué punto tiene libertad un autor que sirve a su público? ‘Que os jodan’ tiene más formas que Yahtzee burlándose del correo que recibió tras analizar Super Smash Bros. Brawl. Puede ser experimentar y hacer algo distinto y arriesgado. Puede ser tener una opinión con la que nadie coincida ¿y si el público abandona? ¿Cuánta gente estará dispuesta a seguir si ve algo que choca frontalmente con su ideología?

 

Pero esto es sólo parte del problema. Kickstarter lleva a un fin, pero no Patreon. El dinero que recaudes para tu proyecto es tuyo, pero el sueldo que te estén dando tus espectadores puede desaparecer ¿y si cierra la página? ¿Durante cuánto tiempo está dispuesta a pagar la gente? Mirando al futuro no estoy tan seguro de que Campster cobre de mi bolsillo en veinte años. De ahí deriva otro problema: en el caso de que se corte el grifo ¿qué currículum es este? Trabajando de la forma tradicional haces contactos, cambias de puesto, operas en un sistema conocido. A menos que Campster se mueva, él está operando en una burbuja.

 

En cualquier caso, tenemos tiempo para reflexionar. Patreon es una plataforma relativamente nueva y aún tiene que crecer. Quizá me equivoque y siga pagando durante el resto de mi vida. Quizá se convierta realmente en una nueva forma de financiación de proyectos independientes. Como suele decirse, “sólo el tiempo lo dirá”.


<< Anterior Siguiente >>