Overwatch y la (innecesaria) sexualización de Tracer

Esto va a ser difícil de comentar. Ya sabemos que nunca jamás podremos decir o hacer nada sin hacer que alguien se moleste, se ofenda o se sienta insultado. Sea lo más absurdo posible o algo tan serio como es la sexualización exagerada de un personaje de ficción. Necesito tomar aire antes de todo esto, ya que, por desgracia, se trata de un tema que siempre va a traer el conflicto. Además, hoy me toca hablar de un juego del que preferiría no sacar ningún aspecto negativo en este sentido, pero ya ha habido un par de detalles que me han obligado a ello. Me toca hablar de Overwatch, la broma de la letrina y el culo de Tracer. Esto va a ser interesante. 

 

El tema de la sexualización de la mujer en los videojuegos podría llenar páginas y páginas. Debates, conflictos, paradojas, discusiones y ochenta millones de opiniones diferentes llenarían todo un cóctel molotov que no pienso arrojar ahora. Mi trabajo hoy consiste únicamente en comentar lo que ha pasado en Overwatch y, por supuesto, dar mi opinión al respecto. Lo único que voy a repasar sólo por encima es “lo de la letrina”, ya que me parece algo mucho más anecdótico… y bastante estúpido.

 

Veréis, Overwatch recibió entre las novedades de la última actualización un mapa ambientado en el oeste. En él, en un pequeño rincón, podía verse una letrina cerrada. En el suelo, una supuesta revista porno. La revista porno era, más bien, la imagen de un par de personajes femeninos del juego en una supuesta “actitud sexual” que yo no veo por ningún lado. Como el chiste no era para menores y la gente se empezó a quejar, se retiró dicha revista. ¿Censura? ¿Autocensura? ¿Una estupidez como una casa?

 

Estuve a puntito de escribir un artículo al respecto la semana pasada, pero finalmente decidí encogerme de hombros y seguir a lo mío. Blizzard, bajo mi humilde opinión, peca demasiado de hacer caso a todas las quejas que le llegan (según para qué) y actuar en consecuencia. Que le llegasen quejas sobre el supuesto chistecito de la letrina, no lo dudo. Que haya una verdadera razón para quejarse de algo así… Estamos en un momento de nuestra existencia en el que todo el mundo se ofende por algo. Hay que andar cogiendo las cosas con pinzas, ¿verdad? Para muchos de nosotros, esa imagen es lo más inofensivo del mundo, pero con herir la sensibilidad de unos pocos es suficiente como para señalar a la compañía.

 

Sí, el caso de la letrina me pareció una soberana tontería a la que decidí no darle mayor importancia. En cambio, cuando me toca hablar del trasero de Tracer (o, mejor dicho, Tracero… Sé dónde está la puerta), la cosa cambia. La noticia nos llegó cuando con una última actualización a uno de los personajes más carismáticos del juego se le añadió una pose de victoria supuestamente sexualizada a más no poder y un padre decidió quejarse, porque no quería que su hija pequeña tuviera que ver eso. He visto la pose, sí. No me parece para tanto, no. Pero aquí hay mucho de lo que hablar.

 

Antes de nada me gustaría señalar un aspecto de la estupidez humana (especialmente, la de padres) que me lleva por el camino de la amargura. De los creadores de “Voy a llevar a mi hijo pequeño a ver Deadpool”, llega el “no quiero que mi hijo vea el cuerpo de una mujer, pero no pasa nada si tiene que dispararle a un tipo a la cabeza”. No, en serio, esto me parece importante. ¿Hasta qué punto podemos consentir que nuestros hijos (en mi caso, gatos, porque yo de hijos va a ser que no) contemplen imágenes violentas? ¿Hasta qué punto podemos permitirles observar el cuerpo de una mujer o de un hombre sexualizado?

 

Es un pequeño conflicto interno que no consigo resolver. Y es que yo, como muchas (y muchos) lucho por la naturalidad a la hora de ver el cuerpo de una mujer desnuda o en actitud erótica, y que se deje de ver a dicha mujer como “la guarra de turno”. Pero también sé que hay un límite en esa naturalidad, y que, por desgracia, no estamos en Noruega, donde a los niños se les imparte la educación sexual con toda la naturalidad del mundo. Debemos censurar parte del contenido a los niños, sí, pero no una parte sí y otra no, por favor.

 

 

Sexualizar a un personaje de ficción es algo que se ha hecho siempre para vender. El feminismo lucha contra la sexualización gratuita que no aporta nada, pero que influye a los niños (o, en todo caso, niñas... y a veces no tan niñas) de la peor manera posible. Sí, buscamos la naturalidad a la hora de que una mujer pueda enseñar lo que quiera a quien quiera, pero también luchamos para que no nos vendan un perfume desnudando a una mujer. El caso, cuando creas un personaje de ficción, en muchas ocasiones, buscas que sea lo más atractivo y sexy posible. Como ya dije hace mucho tiempo, yo no tengo por qué sentirme identificada u ofendida por la existencia de dicho personaje, pero sí es verdad que éste, al convertirse quizás en el ídolo de los niños o el icono de una compañía puede marcar a la gente más de la cuenta. Además de que no necesitamos la exageración de sus atributos.

 

¿Qué ocurre con Tracer? No es que Tracer tenga que ser “fea” para que agrade a todo el mundo. Ella está bien como está, a pesar de ser tan sumamente perfecta para un diseño tan “cartoon”. El problema es cuando confundimos al público. Es más que evidente que Tracer no va a tener la misma actitud que Widowmaker, una asesina letal a la par que sensual. Para Tracer, su atractivo no es un arma más. Está ahí, eso es todo, ella puede ser consciente de él o no, pero no lo necesita a la hora de combatir.

 

Ése, amigos míos, es el problema con la pose eliminada. Quizás en otro personaje, como Widowmaker, no pasaría absolutamente nada, porque es lo que ya nos han vendido de ella. Pero en Tracer, cuya personalidad no pega con esa pose, la cosa no es igual. Eso es lo que verdaderamente me ofende. Hay que saber respetar al personaje, y a la persona que lo admira por cómo es. 

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