¿Origin, Plus, Gold o Steam?

En mi última intervención en el MGPodcast, la cual podéis escuchar aquí, el señor Pareja y el Boss Mr. Junquera hablaron de PS Plus y de las críticas que el sistema estaba recibiendo. Yo no pude aportar demasiado a la conversación, dado que actualmente ni toco mi PlayStation 3, ni tengo pensamiento de comprarme la 4. De momento. Aunque sí estoy informada respecto a pequeños detalles, como que no puedes participar en la Liga PlayStation sin estar suscrito a PS Plus o que da regalos de vez en cuando; desconocía hasta qué punto llegaba el malestar general del usuario ante los juegos “cutres” que a Sony le daba por regalar.

 

Estas quejas ya nos han llevado a varios artículos y diferentes opiniones aquí en Mundo, por lo que no quiero volverme a meter en eso de que no siempre llueve a gusto de todos y no a todo el mundo le gusta lo que se le regala. Yo voy a centrarme más bien en una pequeña comparativa, a modo de alternativa, para ver cuál es la política que siguen Gold, Plus, Steam y Origin, y, sí, incluyo a estos dos últimos porque cada vez están ganando más terreno y parecen conocer mejor al jugador. Pero vayamos por partes.

 

No soy amiga de Xbox, y menos tras la idea de Microsoft de pasar de largo de la Madrid Games Week, pero si queremos hablar de juegos gratuitos y de regalos de fidelidad a los usuarios, también hay que hablar de Xbox Live Gold. Formar parte de Gold nos permite jugar en línea, crear grupos para jugar o de chat, conectar con redes sociales y plataformas de vídeo, además de las ofertas semanales que son exclusivas para sus miembros. Dichas ofertas son bastante variadas, por lo que puedes encontrar desde juegos completos hasta DLCs y títulos retro.

 

De Plus ya hemos hablado largo y tendido, pero vamos a repasarlo. Igual que en Gold, hay que pagar una suscripción, la cual nos permitirá acceder a contenido exclusivo para miembros y participar en la Liga PlayStation, entre otras cosas. Y esas otras cosas incluyen los juegos gratuitos de Plus, que han sido más que criticados porque no han sido regalos “al nivel de lo que se paga”, sino juegos que la comunidad ha considerado sin interés e incluso cutres.

 

Steam es el gran gigante (valga la redundancia) de los juegos en formato digital, y es de sobra conocido por sus increíbles ofertas. Suele tener siempre un poco de todo, aunque es raro que regale juegos más allá de con un límite horas de juego o de horas naturales. La verdad es que nadie tiene mucho que echar en cara a la plataforma de Valve, pues da lo que buscamos en el momento oportuno. Por no hablar de que no necesitamos ningún tipo de suscripción para estar en Steam, nos permite añadir juegos que hayamos comprado en formato físico y nos sirve para conocer muchísimos indies. Un catálogo muy amplio, aunque no muchos regalos a lo largo del año. Lo mejor, las ofertas y eventos de Navidad o Halloween, por ejemplo.

 

Origin es, para mi gusto, quien se lleva el premio en generosidad. Ya os hablé hace un tiempo de lo feliz que era con el Theme Hospital que me había regalado la plataforma de Electronic Arts así, por la patilla, pero lo cierto es que no es el único título digno del título de “lo mejor de lo mejor” que ha decidido poner gratuito por tiempo limitado. Invita la casa ha sido un gran acierto por parte de Origin, ya que, por lo general, regala juegos muy aprovechables.

 

Entonces, ¿cuál debemos elegir, con cuál acertaremos? Bueno, es triste, pero depende de dónde te encuentres. Esto abriría un nuevo debate ya más que hablado y sin conclusión aparente: ¿PlayStation o Xbox? Yo os diría que la respuesta definitiva es PC, pero no quiero pecar de soberbia. En ordenador ya estamos en otro debate, eligiendo entre Origin y Steam. Lo bueno es que podemos tener los dos y sin pagar nada, aprovechando la oferta de cada una de las plataformas, sobre todo si se trata de juegos regalados.

 

Cada uno de nosotros tiene que aguantarse con lo suyo, y debemos recordar que no siempre nos dan lo que pedimos, ni siempre vamos a estar a gusto con lo que nos regalen. También hay que saber comprender a la compañía a la que le haya dado por regalarnos un juego. Y, desde luego, no nos van a regalar uno de la última generación, pero, bueno, a caballo regalado no le mires el diente, ¿no?

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