Oniria Crimes. Hablando de sueños en torno a un cadáver voxelado
Oniria Crimes es un título curioso que destaca por dos cosas: su presentación y su trasfondo. Somos el encargado de solucionar una serie de casos en un mundo construido por sueños. Nuestra labor es llegar a la escena soñada del crimen y “hablar” con los objetos que han presenciado la escena, pues guardan información sobre lo que ha sucedido. Algunos se esconden dentro de un puzle que hay que resolver para recopilar estos datos, y el propio sitio que investigamos se comporta como una cosa que mover, que manipular y en la que buscar.
Oniria Crimes se dibuja con vóxeles; es decir, con píxeles con volumen. Cada escena del crimen es como el interior de una caja que podemos girar e investigar clicando en los sitios que más nos interesen. Solemos realizar esta investigación acompañados por alguien, y esta persona, cada vez que encontramos una pista, suele aprovechar para hablarnos más de la ciudad soñada en la que vivimos, de su pasado, de su relación con el mundo de la vigilia, etc.
Estos encuentros van desarrollando una historia, un trasfondo muy interesante. Al final, descubriremos que el verdadero enigma no es solucionar los casos que nos presenta Oniria Crimes, sino comprender esta y conocerla en su totalidad.
Pese a que el juego tiene buenas intenciones y su planteamiento es atractivo, el juego tiene varios problemas. Todo se soluciona moviendo estos espacios soñados y clicando con compulsión en cada esquina del escenario hasta encontrar ese objeto con información. Una vez que los localicemos todos, tenemos que averiguar quién o quiénes son los culpables del crimen. Este esquema jugable se repite una y otra vez, quitándole la gracia a la inmersión en el propio espacio. Machacar el botón es más eficiente que pararse a mirar. Y cuando resolvemos, si fallamos, el juego no nos penaliza, nos permite volver a intentarlo regresando a la escena del crimen. Esto es un error por lo mismo de antes, he acabado solucionando algún que otro caso con prueba y error.
Oniria Crimes tiene un ritmo de juego extrañísimo por culpa de su narración. Estás preocupado de averiguar qué ha ocurrido en un caso y, sin venir a cuento, tu compañero decide darte una explicación larga y complejísima sobre la política de Oniria. Pero cuando quieres que te cuente más sobre Oniria, prefiere ser parco en detalles y centrarse en el trabajo. Le faltan mucha naturalidad a estas charlas. Se aprecia el deseo del estudio desarrollador de que te enteres de todo, y a veces la forma de dar información se vuelve demasiado invasiva. En mi opinión, hay una buena escritura pero muy poco espacio de juego para dar tanta información de una forma natural.
En definitiva, Oniria Crimes me ha parecido un juego con un fondo interesante, bonito, cortito y con buenas intenciones pero con deficiencias jugables y de ritmo narrativo que me han impedido disfrutarlo tanto como me esperaba. Aún así, lo que cuenta es chulo y la base de su propuesta es curiosona.
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