Nuclear Throne, el ciclo infinito
Nuclear Throne, o Nucelar Throne, si sois fans de los Simpsons; es uno de mis juegos favoritos de los dos últimos años. Tras mucho tiempo en Acceso Anticipado, Vlambeer por fin se ha decidido a lanzarlo en PC, PS4 y PS Vita, con PS3 ahí en un futuro cercano también; y yo no podría estar más contento porque es un juego que me apasiona y que me engancha con mucha fuerza. Veamos si puedo transmitiros exactamente por qué.
Mi pasión por este juego nace por su espíritu arcade, que está perfectamente fusionado con lo roguelite: mueres, 'echas otra moneda figurativa' y arranca la siguiente partida. Como morir, elegir personaje, jugar y volver a morir es una experiencia tan rápida en tus primeras partidas, la droga te llega bien rápido al cerebro y no puedes parar de jugar y de intentarlo hasta que llegas lejos y tu partida dura más de tres minutos. Curiosamente, este juego se me hace más complicado cuando hago una sola partida larga que cuando hago muchas muy cortas.
Obviamente, para enganchar necesitas una jugabilidad brutal, y la tiene: disparar, moverse, conseguir armas nuevas, probar las que te gustan y arriesgarte a probar otras que no sabes si realmente te van a funcionar, emplear los poderes en el momento adecuado, conseguir combos de perks que no has probado y que te sorprenden por su eficacia... A pesar de ser un juego de repetir los escenarios y chocarte contra el muro de su avance, siempre hay momentos en los que te sorprende por la combinación de todos esos factores.
Oh, y por supuesto están las clases, los personajes. Cada mutante aporta un elemento brillante al juego que, a mi al menos, me obliga a jugar siempre en random para probar nuevas cosas con ellos. No es lo mismo jugar con Crystal que con Robot, ni usas las mismas armas ni perks con uno que con otro. La variedad es parte de la gracia de este juego, y esta nace de cada uno de los diez personajes. En serio, si jugáis, hacedlo en random porque vais a disfrutarlo mucho más.
Y ya no sé qué más deciros para vendéroslo. No es que sea mi trabajo hacerlo, pero he visto crecer a este juego durante dos años (lo compré casi el mismo día uqe estuvo en Early Access) y ha sido un viaje sorprendente porque, aunque la clave del juego estaba ahí desde el principio, ha evolucionado y se ha transformado en tantas maneras y tan a mejor que no puedo sino sentir cierto cariño por él y por Vlambeer por haber sido tan abiertos con el desarrollo.
Además, lo juegues en PC, en PS4 o en PS Vita, es un gustazo a los ojos, los oídos y las manos. Personalmente, no me hago a disparar y apuntar con sticks analógicos, así que lo sigo jugando en PC, pero el valor de jugar donde te dé la gana con la Vita es algo genial. Si un juego va a poder mantenerme con la portátil de Sony entre las manos, será este. Por 12 pavos que cuesta, ni Fallout 4, ni Bloodborne, ni leches.
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