No es la piratería, son los precios

Hemos desayunado esta mañana con la noticia de una nueva patente de Sony para luchar contra la piratería en PS4 que trabajaría con los tiempos de carga para conocer qué software es original y cuál pirateado. Y aunque la piratería es un tema que siempre va a estar ahí, es indudable que la nueva generación comienza copiando vicios de las pasadas y obviando el mayor problema de todos: el precio.

Da la casualidad que el mismo día que aparece la patente de Sony, GamesInudstry ha lanzado una pregunta a varios analistas, esos gurús que cobran por pronosticar que en verano lucirá el sol. Más allá de las respuestas, lo importante de este asunto es la pregunta en sí: ¿pasarán a costar 70€ los juegos de la próxima generación?

Hemos visto un aumento de diez euros en los juegos de Wii U respecto a los de Wii y hemos escuchado más de una vez que el gasto en I+D para desarrollar las nuevas plataformas ha sido un lastre para las compañías (eso sí, que me expliquen dónde ha ido a parar el I+D de Sony para PS4). Un contexto idoneo para subir el precio de los juegos y atribuir esa subida a la necesidad de las grandes de recuperar lo invertido gracias a los royalties por unidad vendida.

Decía al principio del texto que volvemos a repetir vicios del pasado con el tema de la piratería cuando lo que hace falta es encarar el futuro con nuevos aires. Y todas las grandes tienen las herramientas para hacerlo. Hasta el mismo Kim Dotcom, un tipo que sabe algo de este tema, lanzó algunas claves hace unas semanas en el lanzamiento de Mega (precio justo, que sea fácil de adquirir, que aparezca en el mayor número de dispositivos posibles...). Su ideario se resume en aquella frase de Gabe Newell que decía que para ganar esta batalla a los piratas la industria tiene que hacerlo mejor que ellos.

¿Cómo? Con un precio ajustado a un mercado que ya ha iniciado la transición digital. Por mucho que el retailer, que ya sabemos que desaparece poco a poco, se queje no es de recibo que se hable de esas cantidades cuando los márgenes de distribución y de venta final se van a esfumar y sólo va a aparecer la contrapartida de la gestión de redes necesarias para impulsar el comercio online.

Microsoft, Sony y Xbox tienen en Steam y otras tiendas online un espejo en el que mirarse. Un espejo que ya han empezado a utilizar como modelo, como hemos visto en las rebajas de estas pasadas navidades. Lo que sorprende es que, tan acostumbrados ya a la descarga, se insista tanto en la venta en tiendas como una solución para la industria. A esta situación hay que unir el auge del modelo de las ofertas, popularizado por Steam y al que todas las plataformas se están sumando. 

La única explicación que le veo a este asunto, el hecho de no dar un portazo a los comercios, es no montar un escándalo como el que originó PSP Go! en su día. Sony ya necesita imponer el comercio digital al usuario, que lo ha adoptado como propio, por lo que imagino que impondrá el modelo sin hacer ruido. Puede que el próximo Call of Duty valga 70€ en tiendas pero si en la store de turno aparece a 50€, ya sabemos dónde van a ir a parar las ventas. El éxito de Animal Crossing para 3DS en Japón es un buen síntoma de ello. El futuro pasa por lo digital. Los usuarios también lo agradecerá. Cuánto más fácil les hagas la vida, menos tentación tendrán de recurrir a la piratería.