No necesitamos que Spider-Man dure más de 20 horas
Cuando algo nos gusta, no queremos que acabe. Es una trampa autoconsciente en la que caemos todos porque, en el fondo, sabemos que nada puede durar eternamente sin terminar entrando en bucle, sin dejar de gustarnos. Aun así nos pasa, y yo mismo reconozco que me emocioné cuando se anunció que Vengadores: Infinity War iba a durar la friolera de dos horas y cuarenta minutos, o cuando vi que la ruta completista de Hollow Knight alcanzaba fácilmente las cincuenta horas. Y así con tantas otras cosas.
Pero poner el factor tiempo, la extensión propiamente dicha, como relación directa con la calidad de una obra me parece un juicio tremendamente tramposo. Cada película, libro o videojuego tiene una duración ideal, una que a veces se acierta y otras no. Tampoco es algo anclado a un género, e incluso un juego de mundo abierto -un tipo de experiencia habitualmente asociada a las partidas de decenas de horas- no solo puede ser bueno sin llegar a las veinte, es que puede ser mejor si no las sobrepasa. Sí, hablemos del Spider-Man de Insomniac.
Justo ayer, el estudio anunció que la campaña principal podía ser completada en ese lapso de tiempo, algo que algunos medios tradujeron tendenciosamente en un fin de semana (¿cuánto tiempo libre tiene esta gente?). Todo por el titular alarmista. El caso, es que si queremos salvar Nueva York de su amenaza principal podremos llegar a hacerlo en un par de decenas de horas. Hay usuarios a los que esto les parece mal, como si con esas cifras no diese tiempo a presentar un planteamiento, un nudo y un desenlace decentes. Como si después el juego no tenga nada más que ofrecer.
Lo cierto es que se puede hacer un paralelismo prácticamente directo con Horizon: Zero Dawn, juego con el que se comparte plataforma, género y duración de la campaña principal. La historia de Aloy es de las mejores que he experimentado en PS4, recuerdo muchas más alabanzas que críticas al respecto, y hablamos de una trama en la que Guerrilla tuvo que presentarnos a un personaje y diseñarlo desde cero. Con Peter Parker todo eso es más fácil, ya sabemos quién es y qué traje guarda en el armario. Dime tú si no hay espacio para construir algo.
Para mí lo hay de sobras, y hasta prefiero la calidad condensada en esos márgenes que verla alargada artificiosamente, solo para cumplir con ‘la cifrita’. No. Sé, además, que mi viaje de tejado en tejado me tendrá entretenido haciéndome fotos con los ciudadanos y disfrutando de las vistas. Si quiero más de veinte horas las tendré, y me encanta saber que cuando quiera ir por faena la cosa no se alargará más de la cuenta. No es un juego de fin de semana, y el que lo quiera consumir así probablemente se estará equivocando.
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