No me importan los picos, sólo quiero JUGAR

¿Os dura la resaca del E3? Yo sigo tontorrón con todo lo visto, y cada vez que leo el artículo de uno de mis caompañeros tengo que soltar un suspirito de 'ahí viene otro'. 

 

¿Estamos en el pico de los videojuegos?

Con ésta base, Dayo escribía un soberbio texto acerca del cambio que ha sufrido la mentalidad de la industria en los últimos meses. Un artículo genial que mi compañero resumía perfectamente con la siguiente frase: 

 

(...) pues ahí tienes DOOM. Hace unos años ese juego se hubiera anunciado como la lucha de un hombre atormentado por su pasado o una metáfora del capitalismo voraz, pero hace unos días lo único que vio la gente fueron dobles saltos y escopetazos en la cara."

 

Hemos vivido un E3 tan brutal que hasta Dayo ha decidido aceptar la tremenda dimensión lúdica de los videojuegos sin preocuparse por su mensaje, especialmente en el caso de algo tan prometedor como Horizon Zero Dawn. Con esto ya me doy por satisfecho, pero ná, la cosa ha continuado con Álex hablando de la importancia de saber mostrar un videojuego, y demostrando que a veces reconocer la naturaleza propia del mismo es lo único que hay que hacer. También estuvo ahí Kysu explicándonos que los tutoriales son para blandit@s y la cosa está avanzando dentro de la misma dimensión lúdica del título más allá de su magisterio. Finalmente, Mou habló de Wildlands, que si es lo que promete,podría ser la leche, aunque ya se sabe que con Ubi todo es posible...

 

 

Volvamos a jugar como niños

Hace unos meses hablaba de que No Man's Sky me recordaba a los viejos sobre Monta-Plex y de todos aquellos juegos que me gustan porque me recuerdan a un cajón de juguetes y atrezzo con el que montar mi historia. Ahora veo que la industria parece estar apuntando a ese horizonte -con o sin Zero Dawn, eso es cosa vuestra-, y me pongo palote. 

 

Me pongo palote porque parece que, a pesar de las malas cosechas que pueda haber tenido Nintendo en todo lo referente a WiiU, el resto de compañías están aprendiendo a imitar aquello que hizo grande desde siempre a La Gran N: Hacer videojuegos, crear videojuegos y enseñar videojuegos. 

Sin más. 

Ya puedes llamarlo Horizon Zero Dawn y esa dimensión tremenda del ir descubriendo el juego poco a poco por nosotros mismos. Ya puedes llamarlo Ghost Recon Wildlands y ese concepto de mundo abierto para una firma que hasta ahora era más pasillista que el viejo Pasaje del Terror de Casa de Campo. Puedes llamarlo No Man's Sky y su planteamiento puramente explorador como puedes llamarlo Fallout 4 y volver a desempolvar la Guía de Supervivencia del Yermo para aguantar vivos en Boston. Sea of Thieves, la zona oscura de The Division, volver a surcar el asfalto con Tony Hawk...

 

 

Hacías falta, Dayo

Porque no puedo menos que aplaudir tu planteamiento de la diversión y de eso a loque llamas un 'delicioso teatro de lo absurdo'. ¿Dinoasaurios robots? Pues claro, ¿por qué no? Ningún momento como el ahora para volver a alimentarnos de las locuras de décadas pasadas, de la imaginación creativa y absurda de los primeros cineastas, de los primeros escritores, de los primeros aedos y cuentacuentos que supieron dar fantasía a un mundo hambriento de historias. 

 

Los videojuegos están volviendo a su naturaleza sin olvidar en esta regresión todo lo bueno que han aprendido como profundas obras de arte, y esto es cojonudo, porque lo uno puede, perfectamente, pervivir al lado de lo otro. Tal vez ha llegado el momento de saltar la barrera de la adaptación, de superar el medidor de lo que está de moda y/o asentado y salr de la fantasía épica, los zombies, el londres victoriano y la mitología griega para ir mucho más allá. Tiroteos contra los cárteles colombianos, volar sobre un pollo, investigar la galaxia y, ¿por qué no? Dinoaurios robots, son la demostración de que todo va adelante y la cosa tiene aún mucho por ofrecer. 

 

¡Nos leemos!

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