No Man`s Sky, ARK: Evolved of the Fittest, Aragami, Doom...
Los videojuegos, sus géneros y sus mecánicas van por modas. Ya podéis llamarlo Sandbox, Zombis, Souls o Callofdutis, lo cierto es que hay diferentes momentos del mercado en los que una u otra moda se imponen para favorecer la producción de un tipo de juego en pro de otros géneros y jugabilidades. Hace unos años fue el género-Z, los shooters on line, las plataformas o las aventuras gráficas, y a día de hoy son los sandbox, los juegos 'herederos' de Souls y los que recuperan ideas que creíamos perdidas desde hace ya un siglo.
No Man's Sky y su loca visión del universo
Ya desde el principio, No Man's Sky tenía un saborcito a principios de siglo con ese concepto diferente de la ciencia ficción, alejado de las sci-fi más moderna y que hacía juego con el estilo naïve de las portadas del género literario que más fuerte pegaba a principios del siglo pasado.
En la tradición del juego abierto a niveles insospechados, tan moderna toda ella, se oculta una inspiración mucho más clásica de tiempos previos a Bradbury, K. Dick y Asimov, tiempos en los que la sci-fi estaba influida por nombres como H.G. Wells y en los que lo desconocido iba de la mano de esa necesidad de saber qué hay más allá de lo que nos dicen los científicos.
No Man's Sky ha crecido y sigue manteniendo inalterable ese espíritu de conquista que se diluyó a mediados de siglo XX, haciendo hincapié en la más absurda de las fantasías, de la imaginación, en pro de obviar lo que conocemos de la física y lo que nos dicta la razón en base al conocimiento empírico.
Pero No man's Sky no es el único
Y junto a él parecen estar volviendo los locos soñadores que en su momento dieron luz a las novelas cortas y los géneros que fusionaban la ciencia ficción con el terror, los dinosaurios, la historia humana y la más pura de las imaginaciones que posteriormente serían llevadas al cine bajo el título de Hace un Millón de Años y la imagen impagable de Rachel Welch huyendo de dinosaurios, Furia de Titanes y su reinterpretación de la Odisea o, por supuesto, los mundos distópicos de La Fuga de Logan y Un Mundo Feliz que bebieron diretamente del abandono Eloi en manos de los Morlocks por mera comodidad en la novela La Máquina del Tiempo de HG Wells.
La lógica está huyendo de la inspiración de los videojuegos de una forma maravillosa, y volvemos a encontrar títulos que hace unos años habríamos considerado poco apropiados por no ajustarse a la extraña coherencia del videojuego del momento. ARK: Survival of the Fittest parece la portada de un cómic de los felices 20 con su planteamiento de domar dinosaurios y mezclar varias edades de la historia en pro de un survival online arena que promete mucho cachondeo. Aragami no duda en recuperar el concepto de la magia de la figura del ninja y nos convierte en maestros de las sombras de manera literal, combinando varios elementos del 'misterioso oriente' sin preocuparse demasiado de anacronías y errores locales para ofrecer una mezcla maravillosa. Y lo mismo podemos decir de un Doom que recupera el más absurdo de los argumentos con sus luchas demoníacas o el regreso de Shadow of the Beast.
Hemos vivido años de coherencia forzada. Años en lo que había que justificar el enotorno con resultados como Dante's Inferno, God of War, Witcher o Uncharted. Juegos que en su fantasía trataban de ofrecer una fuente, aunque fuera mitológica, en una obsesión casi 'neilgaymaníaca' por no quedar mal como simples imaginadores. Han sido años buenos, no os equivoquéis, pero ahora veo la locura que se acerca, la absoluta imaginación al poder, y me parece que los próximos años podrían ser incluso mejores. Y esto es genial.
¡Nos leemos!
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