No hay escondite para el malware

Siempre consideré los dispositivos Apple como el último bastión impune de la Galia ante la amenaza enemiga en forma de fraudes digitales y demás hordas del mal. No se ha salvado ni uno. Desde la sonada debacle de Playstation Network hace ya bastantes meses a los constantes y casi diarios robos de datos en cualquier plataforma online relacionada con los videojuegos. Si es que hasta la virginal Nintendo ha tenido sus problemas en una de sus campañas de promoción de 3DS aquí en España. Lo que yo les diga, ni el apuntador ha salido vivo.

 

Como les decía, existía todavía un valeroso contingente que no había sido mancillado por la guarrería digital. Bueno, si me apuran dos, pero es que eso de jugar en Linux, por muy factible que resulte, es un auténtico coñazo – les habla un exlinusero de alta alcurnia -. Pues bien, toda esa aura de divinidad que emanaba Apple se ha ido al garete de golpe. Hace un par de semanas nos enteramos que una aplicación del bazar llamada Find and Call escondía un troyano en lo que parecía ser una inofensiva aplicación rusa para realizar llamabas online. Estos rusos, que son unos salaos, y dentro de dicho software había un troyano como la copa de un pino que se ramificaba entre las redes de contactos del usuario enviando código malicioso.

 

 

Y tras aquello sale a la luz la noticia de que ahora es posible engañar a nuestros terminales iOS y obtener de forma gratuita contenido descargable in-app. Desde la versión 3.0 del sistema operativo, las aplicaciones permiten realizar compras desde dentro de las mismas, cosa que en el ámbito de los videojuegos se ha convertido en una mina de cara a fomentar el negocio del Free-to-Play con títulos aparentemente gratuitos que requerían aflojar el bolsillo para poder vivir la experiencia completa. El caso es que dicho proceso se puede engañar fácilmente mediante determinado procedimiento. Una nueva veda abierta en el ya hermoso agujero que suponen los asuntos de jailbreaking y demás. Eso sí, más allá de meros desbloqueos y maniobras de corsarios y filibusteros, me preocupa la aparente vulnerabilidad que está aflorando en el supuesto sistema infranqueable.

 

Tanta milonga online, descarga digital y demás modernuras en pos de un progreso en el ámbito del ocio digital  las telecomunicaciones nos agiliza las cosas y hace la vida más fácil. El problema es el pan que lleva debajo del brazo este crío con pañales de fibra óptica. El crimen digital cada vez está más extendido que el puramente físico, y es más fácil que nos sisen nuestra cuenta de Steam que el televisor del salón, y eso no mola nada. Del mismo modo que las técnicas de hacking y el conocimiento por hacer “el mal en la red” están cada vez más extendidos al igual que uno googleando puede encontrar cómo hacer un cocktail Molotov, los métodos para evitar este tipo de delitos deberían evolucionar al mismo ritmo. ¿Saben qué videojuego se me viene a la mente con todo esto? Watch Dogs. Y me acojono un poco, qué quieren que les diga.

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