No es que Diablo 3 necesite juego cruzado, pero nunca está de más

Diablo III llega a Nintendo Switch, y con estas ya son muchas las plataformas de videojuegos que reciben al título de Blizzard. Sí, podríamos decir que casi compite con The Elder Scrolls V: Skyrim, de no ser porque este lleva la delantera en altavoces y asistentes inteligentes y en inodoros. Pero quitnado eso, la saga Diablo tiene en su tercer capítulo un importante juego que no deja de salir en uno y otro lado. Sin embargo, el juego cruzado no parece una posibilidad, y más después de que Blizzard haya salido a desmentir que estaban trabajando en ello. Parece un poco raro, ahora con Sony algo más sueltita en eso del crossplay. No es que Diablo III necesite obligatoriamente esta característica en su vida, pues bastantes jugadores tiene en sus distintas plataformas, pero nunca está de más que pueda recibirla, ¿verdad? Sobre todo si tenemos en cuenta que es de los pocos que no sufren ningún tipo de cambio de nivel entre cada una de las plataformas desde las que puede jugarse.

 

Me explico: el género al que pertenece, por lo general, no tiene ventajas en lo que a controles se refiere. Si estamos ante un shooter, puedo entender que apuntar con ratón es mucho más sencillo y preciso que hacer lo propio con un mando. Pero en el caso de Diablo, su perspectiva y sus controles no sufren diferencia alguna, más allá de la disposición de teclas o botones. Por tanto, es un buen juego para el crossplay, un título que puede encajar perfectamente a la hora de conectar a todos sus jugadores. Sumándole que muchos empezarán a jugar gracias a Switch, Blizzard tiene aquí una oportunidad de oro.

 

 

Con Diablo III tenemos un juego bastante popular, perteneciente a una franquicia todavía más popular (el mejor para mí sigue siendo Diablo II, aunque la hidra ponzoñosa del III no la cambiaría por nada del mundo), así que llegue a la plataforma que llegue le va a ir bien. Ojo, que a mí me sigue pareciendo muy repetitivo y no tan bueno como esperaba, pero no puedo dejarlo cada vez que me reengancho. Es decir, que tenemos un título que sigue creciendo a su manera, por mucho que esperemos un Diablo IV, y que llega a más consolas, ahora a la híbrida de Nintendo. Entonces, ¿por qué resistirse al juego cruzado?

 

No quiero pecar de paranoica, pero una de las opciones posibles es que, ahora que Blizzard saca el juego en otra plataforma, quiere que este consiga venderse, incluso, entre aquellos que ya lo tienen en PC o consola. O que anime a los que ven que sus amigos se lo compran en Switch para hacerlo también, independiente de si ya lo tenían o no. Dejamos un tiempo de por medio, medio año o así, y luego ya lanzamos el crossplay. Suena bastante lógico, ¿no? Estrategia de marketing que lo llaman. La otra opción posible tiene más que ver con las grandes compañías detrás de cada plataforma, y en esta ocasión no estoy tan segura a la hora de señalar a Sony...

 

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