Nintendo realmente está adaptándose bien al móvil

Nintendo ha demostrado que es una empresa que no solo entiende bien sus videojuegos, sino que, como bien dicen en cada ocasión que pueden, sienten amor y respeto por ellos. Quizá lo hagan porque es el medio con el que consiguen millones de dólares, una reputación muy concreta y un puesto como alternativa a las otras dos grandes compañías con hardware sobre el que ejecutar los videojuegos; pero para el caso, es lo mismo: entienden lo que hacen y no lo prostituyen con tanta facilidad como los demás. 

 

Esto es lo que temíamos que ocurriese con el anuncio de los juegos para móviles, con la llegada de Miitomo, con la de Pokémon Go y, ahora, con la de Super Mario Run. Y aunque su extraña red social no nos ha servido para casi nada y Pokémon Go no dependía solo de ellos, pues Niantic tenía muchísimo que decir al respecto, con Super Mario Run han demostrado que la cesión de sus propiedades intelectuales a otra plataforma ajena a la suya puede funcionar igual de bien. 

 

Esto es así porque ellos manejan todo o casi todo, por supuesto, pero también porque detrás de cada juego de Nintendo, existe una principio, una idea, un núcleo sencillo y que es casi inagotable. Mario, pese a todas las florituras, es un juego de correr y saltar. Super Mario Run lo lleva en el nombre, pero solo hace falta jugar unos minutos para darse cuenta de que también lo lleva dentro y que esa idea tan sencilla puede explotarse de maneras distintas que no implican, siquiera, controlar la dirección del movimiento. 

 

Nintendo lleva el correr y el saltar a un control ligeramente distinto, pero igual de satisfactorio, y ya tiene hecho medio producto. ¿Acaso pensáis que no van a hacerlo igual de bien con Animal Crossing y Fire Emblem? Ambos funcionan bien en un entorno táctil, pese a sus complejidades. Y, aunque yo no sabría reducirlos ahora mismo a sus mínima expresión, no me cabe la menor duda de que, si Nintendo lo hace bien, ese aspecto clave estará inalterado y funcionará a las mil maravillas en este nueva plataforma. 

 

Está claro que los de Kyoto juegan con ventaja en este entorno en comparación con otros videojuegos y otras compañías. ¿Cómo reduces Mass Effect, Call of Duty o Skyrim sin prescindir de lo que les hace algo bueno? Son juegos con construcciones más complejas que cualquiera de los que tenga Nintendo ahora mismo (a excepción, quizás, de Zelda), y por eso no se pueden llevar de momento bien a un dispositivo limitado como el móvil. 

 

Sin embargo, esto mismo, las limitaciones, es lo que podría hacer que muchos otros juegos que se adaptan al móvil crezcan como jamás se ha visto antes. Ahí está Pokémon Go como ejemplo, capaz de destronar para mucha gente el recuerdo que tuvieran de los primeros juegos para sustituirlo con el salir a la calle, capturar con más gente y transformar algunas de las convenciones de la franquicia. 

 

Nintendo anda reduciendo sus juegos a conceptos nucleares y ahora les queda repetir la historia de los videojuegos en una nueva plataforma. Cuando la tecnología se pelea con sus limitaciones es cuando se activa el ingenio y ocurren cosas nuevas. Pokémon Go no podía ser como Pokémon Sol y Luna, y se hizo algo distinto. Y triunfó. Quién sabe lo que le espera en este sentido a otros juegos de Nintendo.

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