Nintendo Labo para Switch: memes, niños, amor y tontuna

Ayer, la gran N se sacaba de la manga Nintendo Labo para Nintendo Switch, un proyecto que, como comentaba el gran Julián en este texto, retoma la tradición juguetera de Nintendo y la mezcla con su experiencia en los videojuegos para crear algo realmente grande. En mi opinión es una de las cosas más increíbles, ingeniosas, estupendas y maravillosas que podría haber visto el mundo del videojuego en los últimos años. Mientras la competencia se encuentra escalando la cumbre de las 4K o flirteando con la realidad virtual, los de Kioto vuelven a hacer de las suyas y nos proponen jugar con cartones y exprimir todo el potencial de una Nintendo Switch que con menos de un año de vida se está mostrando casi ilimitada. 

 

La idea, en conjunto, mola: Dos kits que saldrán a la venta el 27 de abril de este mismo año y que a un precio entre los 70 y los 80 euros proponen varias experiencias, juegos y la posibilidad de construír objetos interactivos tan variopintos como una moto, una caña de pescar, una pequeña casa, un piano o un increíble robot con el que movernos por la ciudad como si fuéramos pilotos de mechas.

 

 

Para niños y mayores

La apuesta promete tanto para niños como para mayores con una serie de patrones de montajes que realizaremos con las piezas troqueladas en las láminas de cartón que incluyen los kits de montaje y que permiten varias opciones de personalización y creación. Pegatinas reflectantes, cartón corrugado de alta resistencia, cintas de goma, cuerdas y pegatinas de goma eva, un pack que parece obligatorio en cualquier casa en la que haya pequeñajos y que gracias a los packs de manualidades del Lidl y el Aldi se han convertido en toda una nueva moda de hacer manualidades en familia. 

 

Sin embargo, más allá de la manualidad en sí se oculta todo un mundo didáctico en el que los ingenieros de Nintendo han demostrado una labor impecable y que hace que cada pieza móvil de nuestra manualidad interactúe con los joy-con y la Nintendo Switch mediante pistones, rotadores, pulsadores, engranajes y un sinfín de pijaditas y cachivaches que son pura física aplicada y con los que los más pequeños se iniciarán en las bases de la tecnología mecánica a la ve que aprenden valores como el reciclaje y la satisfacción de construir sus propios juguetes. 

 

Lo que ofrece Nintendo Labo, al menos por el momento, son ratos en familia, aprendizaje de importantes áreas de la educación y experiencias, muchas experiencias, demostrando que algo tan sencillo como el cartón puede ser fruto de grandes momentos y divertidas actividades. Más allá de eso, y sin entrar aún en los cartuchos que incluirá cada kit y los juegos que pueda haber dentro, Nintendo Labo es también un regalo para los mayores que nos negamos a esconder a ese niño interior y que seguimos gozando con el montaje de un LEGO, juganzo un partidazo a la consola o replicando el modelo de un catálogo de Mecano. Una ideas genial que, francamente, estoy deseando tener en casa. 

 

 

Un art atack fugaz

Lo que ha hecho la gran N con su Nintendo Labo es establecer las bases, unas muy jugosas y concretas, para lo que puede ser un divertimento infinito. No necesitas periféricos caros, ni una impresora 3D ni una carrera en ingeniería. Por no necesitar, no necesitas ni los dichosos kits, ya que lo único que hay que hacer es echarle imaginación y ver qué podemos hacer con planchas de cartón corrugado, una sierra y ganas de imaginar. 

 

Nintendo Labo es el inicio, un inicio que te puede parecer más o menos caro y más o menos funcional, pero que si lo miras con buenos ojos lo que hace es decirnos 'estas son nuestras ideas, a tí... ¿qué se te ocurre?'. Es una forma de traspasar el concepto de hazlo tú mismo de juegos como LittleBigPlanet, LEGO Worlds y Disney Infinity para que creemos no nuestros escenarios de juego, sino las herramientas que usar en dicho juego.  Lo que ha hecho Nintendo, en fin, ha sido animarnos a imaginar, y no entender esto es ser tremendamente obtuso. 

 

 

La estupidez del querer ser adulto

Gran parte del público que nos léeis habréis visto las infinitas posibilidades de Nintendo Labo para su uso en casa con los peques. Público adulto, que ya pinta canas -o se las afeita- y que sabe valorar una idea original cuando la ve. Es por esto que me hace tanta gracia las críticas que se está llevando el proyecto, con más o menos gracia, por parte de un sector hater, con ganas de lograr visitas fáciles o con la aspiración de ser considerado 'adulto'.

 

Como decía antes, te puede gustar o no la idea, te puede parecer más o menos cara, y puedes querer comprarla o no. Es más, incluso puedes hacer bromas y memes porque, oye, la risa siempre mola y hay algunos muy cachondos que pegan con esta disparatada genialidad de Nintendo. Cuando la cosa va más allá y entramos en el insulto directo o en llamar 'gilipollas' a los usuarios de Nintendo Switch, la cosa da penita y no mola. 

 

 

No voy a extenderme con esto porque estoy demasiado contento con Nintendo Labo como para amergarme por cuatro tristes que no saben ni entienden de qué va el mercado. Quede como aviso que Nintendo Switch, la consola favorita de las comuniones y los cumples, ha recibido el regalo perfecto para esos titos y titas, madrinas y padrinos, que desean regalar algo que le guste a los niños pero que sea más que un videojuego. El tiempo dirá, pero yo estoy convencido de que Nintendo lo ha hecho genial con esta idea, y que la historia de los cartones va a dar juego, y mucho, en los próximos meses de 2018. Estáis advertidos.

 

¡Nos leemos!

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