Nintendo Figurine Platform

Nintendo se une a la moda de aportar algo de material físico a sus productos de entretenimiento digital, al estilo de los populares Skylanders o los muñecos de Disney Infinity, aunque con una interesante particularidad: la de no estar ligados a un sólo juego o IP, sino que estos se podrán combinar con distintos títulos que deseen implementarlo.

 

La idea de añadir objetos tocables y vendibles a la experiencia jugada, como ya he dicho, no es nueva, pero sí consecuente con los tiempos que corren. El videojuego digital cada vez cobra más fuerza y sentido; si obviamos ese corazoncito de coleccionista y de amante de los cartuchos, hay que reconocer que poseer una cuenta asociada a tus títulos, pudiendo jugar con ellos en cualquier PC es una maravilla. Lo digital también nos ha dado cosas estupendas rebajas y el Plus.

 

Otro ejemplo de esta ruptura del equilibrio tradicional entre lo tangible y lo intangible nos llega desde Wolfenstein, que en su edición coleccionista, ya ni se molestará en incluir el juego original, sí una serie de merchandising propio de la franquicia.

 

 

Es un hecho que estamos experimetando una serie de cambios en el modelo tradicional de videojuegos, uno que venía anunciado por la escalada de precios y lo poco llenos que estaban, y están, nuestros bolsillos. Ciértamente, y de nuevo sin darle importancia a ese síndrome de Diógenes videojueguil tan nuestro, comprar videojuegos físicos cada vez tiene menos sentido; si hasta la mitad de ellos llegan sin instrucciones.

 

Sin embargo, un buen libro de ilustraciones, un álbum de concept art, disfraces, juguetes o una figura fantásticamente modelada siempre significarán una adquisición que o es física o es física. La clave será ahora trasladarlos al juego, y aquí es donde llegan propuestas como la de Nintendo; que pensemos que no fabrica un periférico nuevo para un juego individual, sino una línea de figuras que pueden usarse en multitud de títulos; hasta para la 3DS se va a preparar un cacharro para leer los datos que estas piezas arrastren.

 

Al hacerlo, se ahorran pifias como la de U Draw, o la de preparar un juego, que no se venda, y se tengan que comer todas las figuras fabricadas; o enterrarlas en un desierto y esperar a recuperar la pasta cuando a alguien se le ocurra hacerte un documental. Este tipo de acciones, siguen apuntalando el camino hacia el futuro, uno que pondrá en su lugar el formato adecuado que ha de tener cada videojuego, y todos los cacharros que tendrán que vender los intermediarios cuando no haya título con los que llenar las estanterías.

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