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Nintendo contra los Youtubers

Los nipones quieren cerrar el grifo ecónomico de los videotutoriales
Por Jaume Esteve Gutiérrez

La historia ha saltado estos días y ha levantado una cierta polémica: Nintendo se ha embarcado en una cruzada contra los Youtubers que suben videotutoriales para reclamar los ingresos publicitarios que estos reciben. ¿Hasta qué punto es ético?

 

La popularización de Youtube nos ha ofrecido en los últimos años la alternativa definitva a las guías: los videotutoriales donde podemos ver a un jugador avanzar por un juego y ver precisamente lo que hay que hacer en cada punto de un juego determinado para superarlo. Youtube, como muchos ya sabéis, paga a los usuarios con más visitas. Los vídeos con más impactos tienen publicidad y una parte de esos ingresos van hacia el responsable de subirlo mientras que la otra mitad se la lleva el servicio de alojamiento de vídeos.

 

Con el lanzamiento de Wii U, Nintendo parecía posicionarse abiertamente del lado de los jugones que suben videotutoriales. No en vano, la consola permite grabar vídeos en sus juegos para subirlos a Internet y alimentar así los piques entre los jugadores pero parece que, tan sólo unos meses después de la salida de la consola, esa práctica ya no les hace tanta gracia. De hecho, han decidido reclamar a Youtube que los ingresos que van hacia los jugadores cambien de dirección y lleguen a la propia Nintendo. Ha habido reacciones de todo tipo, incluida la de Cliff Bleszinsky.

 

 

 

 

Si miramos este asunto desde una perspectiva empresarial la práctica de Nintendo puede tener toda la lógica del mundo. No en vano, terceras personas se están lucrando en base a unos contenidos creados por la misma firma. Pero, si miramos de cerca, la práctica no es demasiado ética. Por un lado, el trabajo de esos youtubers es una declaración de amor, en muchos casos, hacia la firma y sus juegos. No hay que olvidar la función pública que hacen, ayudando a millones de jugadores esparcidos por el planeta y no olvidemos que, a la hora de la verdad, los ingresos que pueden obtener de estos vídeos son una miseria comparado con el volumen de negocio que mueve una compañía como la japonesa.

 

Hablamos de que en un mundillo como Youtube hace falta tener unas cifras astronómicas para ganarse la vida con ello. En algunos foros se habla de 500.000 subscriptores por canal para que las cifras cuadren y estaremos de acuerdo en que no abundan los casos que puedan vivir de ello. Nintendo se defiende, eso sí, alegando que no van a borrar los vídeos, que simplemente quieren su parte del pastel. Una parte del pastel tan pequeña que, sinceramente, debería sonrojar a sus directivos. De nuevo, Bleszinsky se marca una reflexión muy acertada al respecto.

 

 

 

 

Uno de los youtubers más conocidos de la escena, Zack Scott, ha reflexionado sobre el asunto en su canal de vídeo. Es interesante escucharle (lo tenéis en inglés unas líneas más abajo) sobre todo porque comenta que en muchos casos son las casas de software las que se acercan a él para que les dedique un vídeo. Llegados a determinados números, Scott cuenta con más de 200.000 subscriptores, el hecho de tener un vídeo en Youtube es una publicidad extra que le viene bastante bien a la editora de turno.

 

Scott asegura que su canal de Youtube es un ingreso extra a su trabajo diario. ¿Necesita Nintendo esa cuota de mercado y esa agresividad hacia sus clientes?

 

Desconocemos en qué acabará esta polémica aunque visto el polvo que ha levantado en pocas horas no nos extrañaría que Nintendo diera marcha atrás y rectificara. En un momento delicado en el que Wii U no acaba de despegar, lo último que necesita la firma es una crisis de imagen para hacerse con unos ingresos que, en el mejor de los casos, dudamos que vayan a salvar su año fiscal.


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