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Nintendo con la sucesora de WiiU: ¿Se nos ha quedado corta la next gen?

La generación recién estrenada y las críticas a su tecnología
Por Rafa del Río

Ayer anunciábamos en nuestras noticias breves que la compañía japonesa hogar de Mario y Luigi, Nintendo, buscaba experto en arquitectura hardware -a ser posible norteamericano, que eso siempre viste y sirve para pillar chicles USA de tapadillo- con vistas al desarrollo de la que podría y todo apunta que será la sucesora de su consola de sobremesa WiiU

 

Por supuesto, como comentábamos, la gestación de una consola es un proceso que dura años, más cuando quieres que el producto esta vez funcione, pero eso no quita para que un leve sentimiento de malestar se apodere de todos los que nos acabamos de gastar un buen puñado de euros en una plataforma de nueva generación. ¿Cuánto durará? ¿Hemos hecho una buena inversión? ¿Y qué pasa con los 'efepeeses' y las 'pes'?

 

Historia de un abandono

Por mucho que me duela decirlo, y por Dave Perry que me duele, Nintendo no es la compañía que mejor cuida a sus consolas. Sí, es cierto que hace unos juegos estupendos, que mantiene el espíritu arcade que otros han perdido y que se ha convertido en la sucesora espiritual de los viejos tiempos, de la magia Dreamcast y de los juegos ochenteros. Sin embargo, casos como Nintendo 64, la tal vez demasiado rápida evolución de algunas de sus portátiles y el catálogo final de Wii, situación que parecen estar repitiendo con WiiU, dan que pensar a los que siempre hemos alabado la fábrica de sueños del señor Miyamoto. 

 

Nintendo trata con mimo sus juegos, eso nadie lo pone en duda, pero últimamente está empezando la carrera con cojera, con una postura diferente que no acaba de tener sentido y con una necesidad de estar a la altura que, entre nosotros, no cumple. Mientras sus hermanas mayores se pegan con valores como la resolución y la animación, nadie parece hacer caso de estos resultados en Nintendo. Cuando lees algo como que Rogue Squadron iba a correr en 60 frames por segundo en Wii, lo mínimo que te entra es la duda, si la risa floja no la acalla antes. Porque sí, es posible que fuera verdad, pero lamentablemente cuesta creerlo. 

 

mario jkart

 

Capaz de lo mejor y lo peor

Y sin embargo, a pesar de sus limitaciones, Nintendo sigue al pie del cañón gracias a su magia, a la capacidad de hacer juegos que todavía nos sorprendan, a ese estilo naif que nos hace sentirnos felices a sus mandos y a la calidad indiscutible de un futuro Zelda que necesita como agua de mayo y que, como Witcher III en sus hermanas más jóvenes, ya tiene un diez aunque apenas hayamos visto nada de él. 

 

Nintendo es capaz de lo mejor, una bestia dormida que espera su momento para resurgir de las cenizas que, aunque todavía calientes con Bayonetta 2, Mario Kart 8 o Captain Toad, no son el fuego abrasador que hizo sudar a Sega en sus años mozos. No está muerto lo que puede dormir eternamente, y Nintendo volverá, en un año o en una nueva generación, aunque eso sí, despertará con un aliento terrible tras tan largo sueño.

 

Pero no todo es Nintendo

Y las críticas a sus hermanas también son duras desde los sectores más cualificados. Playstation 4 y Xbox One, dos consolas nacidas en los albores de la resolución 4k que no han sabido esperar y mostrarnos la resolución que puede alcanzar la raza maestra. Dos aparatos que en su pugna por resultar rentables han limitado, tal vez demasiado, su capacidad para quedar en una generación 0.5, en un salto que es más bien un brinco, en un paso que pudo ser grande y, según algunos, no ha bastado para bajar de la cápsula de alunizaje

 

A un paso del hyper-realismo del 4k, de esos monitores y televisores que dejan la realidad del 3D en algo viejo y obsoleto, de esa realidad virtual que promete dolor de cuello y esguinces a toda una generación de jugones con ansias de lo nuevo, Playstation 4 aún pelea por conseguir los 1080-60 que alcanzó con la remasterización de The Last of Us, y Xbox One, a la zaga, sufre por una nube que amenaza tormenta en cielos despejados y se desgañita en el desierto de los que claman que los números no son taaaan importantes.

 

sunset overdrive 1

 

¿Se ha quedado corta la nueva generación?

Sin duda muchos así lo consideran, acusando su facturación de mediocre y apuntando a unos componentes que ya están siendo superados por los teléfonos móviles que han de venir. Sin embargo, tecnología a un lado, la situación merece un estudio más allá de los valores aritméticos, de los componentes made in Nisupu y de los alardes técnicos de quienes tiene un máster en villanía, perdón, quise decir, informática. 

 

¿Qué es la nueva generación?

Aquí cada uno la define según sus propias limitaciones, y mientras Ubisoft nos habla de que nueva generación es ver a gente dando paseitos, Activision apunta al modo online definitivo con servidores del mundo del mañana-mañana y Naughty Dog se repantinga en el sofá, poseedores de la fórmula maestra de la resolución absoluta y de las sesenta imágenes por segundo a golpe de guión de Druckmann, y con Straley y Newell hablando de lo que les apasiona. 

 

Pero que le den por culo a las compañías. Os pregunto a vosotros, ¿Qué es la nueva generación? ¿Qué ha de tener un juego para considerarse digno de estar en el hall de la fama, el salón de los héroes, el panteón de los dioses que responde al nombre de 'juego next gen'?

 

Para mí, y a la espera de vuestras respuestas, nueva generación es, como dice Ubisoft, masificación. Ciudades orgánicas, vivas y latentes como el Chicago de Watchdogs, problemillas al margen; saltos de ambientación como el sufrido por Sleeping Dogs de un Hong Kong algo soso a unas calles que llaman la atención por el buillicio. Pero también es nueva generación Destiny y su juego online sólido -problemillas aparte una vez más-, y ese querer dar más en forma de administración gratuita, aunque a veces se traduzca en la eliminación de cuevas del tesoro. Por supuesto, también es nueva generación The last of Us Remastered, esos gráficos alucinantes, esa animación hyper-fluida, y esas inteligencias artificales prometidas y que poco a poco vamos saboreando en forma no sólo de enemigos, si no también de compañeros y simples extras que hacen de telón de fondo a nuestras correrías.  

 

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¿La hemos cagado?

Mi primer contacto con la nueva generación fueron Thief e inFAMOUS, y rápidamente me enamoré de ambos juegos. La Ciudad del título de Square Enix me enganchó con sus brumas y sus tristes personajes, aunque no era difícil siendo fan, como era, de la saga. Seattle, por su parte, me trajo recuerdos de la infancia, del olor a pintura y de unos efectos de luces y sombras muy gratificantes. Oh, estoy seguro de que la cosa avanzará, y estoy seguro de que tal vez no lleguemos a las 4k esta generación, pero me la pela bastante teniendo en cuenta lo que cuesta un televisorcillo de esos a día de hoy.

 

¿Podríamos haber exigido más a las compañías? Sin duda, pero a veces más es más, la arquitectura hardware, sea norteamericana o de Albacete, tiene un precio, y si la nueva generación hubiera traído más, tambrién habría costado más, lo que habría supuesto menos compradores, lo que habría supuesto un precio aún mayor... Costando más, muchos no habríamos podido permitírnosla, con la  pena añadida de que tener una consola 4k conectada a un televisor 1080 vale de bien poco.

 

Resumiendo, pues, olvidemos la tecnología, las 4k y las nuevas plataformas. Ahora es el momento de que las compañías se dejen la piel, y ya puestos los huevos, en desarrollar cosas que merezcan la pena para esta flamante y recién estrenada nueva generación. Un aplauso para los potentes ordenadores que puedan correr juegos en 4k, si es que las desarrolladoras hacen el esfuerzo por conseguirlo. Yo, por ahora, lo único que le pido a la industria es que me sorprenda con un poco de todo: Un poco de calidad gráfica, sí, pero también un poco de ambientación, de historias complejas, de IAs con personajes humanos, de juegos actuales y de formas de homenajear, desde la originalidad, a un mercado que a pesar de ser aolescente ya tiene una buena historia a sus espaldas.

 

¡Nos leemos! 


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