Ninja Gaiden: Pasado, Presente y ¿Futuro?
Yaiba Ninja gaidez Z se apunta a la moda del apocalipsis undead, los giros de tuerca y los spin-off radicales para ofrecernos una experiencia de acción, humor negro y zombies que poco o nada tiene que ver con Ruy Hayabusa.
El salto de una saga.
Hace ya muchos años que Ryu Hayabusa y la espada del dragón se pasean por las pantallas de nuestros televisores. Concretamente 1988 fue la fecha en la que Tecmo, con los ojos puestos de reojillo en el clásico Shinobi de Sega, publicó Ninja Gaiden para los salones arcade, pegando un pelotazo de época que no sería repetido hasta la aparición de Street Fighter II de la mano de Capcom. Después de un port bastante conseguido para los ordenadores de entonces bajo el nombre Shadow Warriors, la compañía japonesa se centraría en los títulos para NES. Nacía así la versión más doméstica de Ninja Ryukenden, rebautizado como Ninja Gaiden en territorio USA y exportado así al resto del planeta.
Con Ninja Gaiden, Tecmo cambió las reglas no escritas del momento. Establecido como un juego de acción con scroll lateral de los de toda la vida, la experiencia mejoró con la inclusión de intros que narraban la historia y elementos de aventura como el conseguir armas, ninpos y diferentes mejoras. Ese espíritu se mantuvo a lo largo de sus dos entregas posteriores y sus versiones para Master System, Supernintendo y Gameboy.
Corría el año 2oo4...
Dieciséis años después de que Ryu Hayabusa viera la luz en los recreativos, Tecmo se descolgaría con un título que marcó un antes y un después para Xbox. Corría el año 2oo4, y los poseedores de la primera consola de Microsoft por fin tuvieron algo con lo que darle en la cara al catálogo de Playstation 2. Ese algo se llamó, cómo no, Ninja Gaiden, y con él Tecmo y Micro descubrieron que cobrar dos veces por el mismo juego era fácil: Apenas un año después publicarían Ninja Gaiden Black, lo mismo, pero con más vídeos y más armas. Uhm... ¿os suena?
Maniobras empresariales aparte, Ninja Gaiden molaba. Con un concepto de juego hack and slash muy parecido a lo que ya vimos en Onimusha, mezclaba acción a raudales, dificultad, un argumento un poco tonto, tetas, gráficos de lo que entonces era nueva generación y elementos de aventura en escenarios bastante abiertos para lo que estábamos acostumbrados.
Su secuela tres años después para Xbox360, Ninja Gaiden II, supo mantener el espíritu. Sin llegar a ser un título rompedor como su predecesor sí que contentó a los fans con un poco más de lo mismo, más bonito y a mayor velocidad. Mientras, Hayabusa viajaba a Playstation 3 con el sufijo Sigma, y cuando ya parecía que la cosa estaba asegurada y Ninja Gaiden se iba a convertir en una saga... Tomonobu Itagaki, padre adoptivo de la criatura, abandonó el estudio y su nuevo papi, Yosuke Hayashi, en un vano intento de ser chachi y modernito, se lo cargó de mala manera.
Las críticas a Ninja Gaiden 3 fueron brutales, hasta el punto que acabaría saliendo al mercado de nuevo como Ninja Gaiden Razor's Edge a un precio de 39 euros en un vano intento de amortizar un título que había dado al traste con las esperanzas de público y desarrolladores. Ese nuevo Ryu Hayabusa travestido en armario empotrado musculado y vestido de surferito no llegó a nadie, y como sucedió con Resident Evil 6, los cambios fueron tantos y tan poco acertados que no había por dónde cogerlo.
El fénix y la ceniza.
Un año después, Tecmo Koei se niega a deshacerse del cadáver de Ninja Gaiden. Ante la ausencia de Team Ninja encarga al equipo estadounidense Spark Unlimited trabajar junto al creador de Mega Man, Keiji Inafune, en ésta nueva entrega independiente. Yaiba: Ninja Gaiden Z es un spin-off, un capítulo que se desgaja de la historia principal y toma como protagonista a Yaiba, ninja cyborg que se la tiene jurada a Ryu por aquello de que lo partió en dos con su espada. No obstante, como a Ryu ya lo asesinó Yosuke Hayashi el año pasado, Yaiba deberá enfrentarse a legiones de zombies y criaturas extrañas en un título que lo que promete es, sobre todo, acción y cachondeo.
Yaiba Ninja Gaiden Z me despierta sentimientos encontrados. Por un lado parece entretenido, el aspecto es muy atractivo y da la impresión de que hemos dejado atrás las pamplinas del amigo Yosuke. Por otro, veo la mano de Tecmo detrás de todo esto, con su obsesión por las chicas en bikini y los trajecitos, los cómics "de regalo" y todo un universo de extras y adds-on que todavía no se han dado cuenta que, cuando el juego es bueno, no son necesarios.
No sé muy bien qué pensar y, sin embargo, estoy dispuesto a darle una última oportunidad. Tal vez sea el nombre de Keiji Inafune lo que me lleva a aceptar el trato. Conocer su experiencia en títulos como MegaMan, Resident Evil y Onimusha hace que quiera confiar en él. Al fin y al cabo supo escapar de Capcom antes de que su nombre apareciera en los créditos de Resident Evil 6, y eso es buena señal, ¿no? ¿Quién sabe? Tal vez sea el hombre que necesita Ninja Gaiden para volver a encontrar su lugar en la Next Gen.
El tiempo dirá, pero ojalá éste Yaiba nos dé un motivo para iniciar la búsqueda de las bolas de dragón, hacer oui-ja, buscar el santo grial y, en definitiva, devolver a Hayabusa al mundo de los vivos.
¡Nos leemos!
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