Nina Williams es La Novia de Tekken
Mi primer Tekken fue el 3, cosa de la que estoy muy agradecida. Sigue siendo mi favorito de la saga, ya sea por el vídeo final de Xiaoyu, sea porque me recuerda a mis primeros momentos con la PlayStation de mi hermano (que ya por aquellos entonces comenzaba a ser de los dos). Por supuesto, yo no entendía nada de la enrevesada historia que rodea al que era para mí un simple juego de lucha, así que todo eso del Torneo del Puño de Hierro y las tramas de la familia Mishima se me escapaban por completo. Para mí, la cosa iba de pegarse sin más, aunque para eso ya estuviera el juego posterior, Tag Tournament.
Sin embargo, había cosas que, en mi infancia, sí que entendía. Por ejemplo, que uno de mis personajes favoritos, y considerado por muchos el más poderoso de Tekken 3 (cosa que yo dudo bastante teniendo en cuenta los puñetazos de Bryan Fury que quitaban media vida ), Nina Williams, había llegado hasta aquel torneo tras haber sido criogenizada. Como si de Disney se tratara – en realidad, Walt Disney nunca fue congelado, pero, bueno, nos gustan los bulos – y con mucha sed de sangre, la asesina estaba lista para repartir y no amor precisamente. Y, oye, me encantaba. Aquella rubia irlandesa se había convertido en un símbolo de Tekken que no podía faltar en ninguno de los títulos de la saga. Y no faltó en ninguno, porque con los años me di cuenta de que lleva en ellos desde el principio, siempre con la misma apariencia. Bueno, hasta ahora.
Para aquellos que la echaban de menos en el último juego de Namco, ya podéis estar tranquilos. Nina vuelve a Tekken 7 de la mano de su nueva expansión, Fated Retribution. Una noticia muy jugosa, si bien es probable que yo no sea la única en considerar que la asesina despiadada debería haber estado en el título de lucha desde el principio. No sé, llámenme loca, pero es como si te venden un juego base y luego un Mishima DLC. No tiene mucho sentido. Nina es uno de los pilares de Tekken y tendría que haber estado ahí. Peeeero, bueno, no lo voy a tener en cuenta por esta vez. Aunque lo de que el juego no haya llegado todavía a consolas y ya estemos hablando de expansiones a mí me sigue chocando.
Lo que sí que voy a tener en cuenta es el cambio de look que le han hecho a mi querida y sensual espía. Nina ha dejado a un lado la licra y el color violeta (que le sentaba de vicio) para llegar al ultimo torneo vestida DE NOVIA. Sí, nuestra Nina viene tras haberse lavado las manos y con unos preciosos guantes blancos, no de ladrona precisamente. El traje que trae a Tekken 7 me recuerda un poco a mi último disfraz de Halloween (pocas bromas, que gané un premio), y, aunque al principio no me gustó nada nada pero NADA la idea de ver a la asesina vestida de blanco y con pintas de haber dejado plantado en el altar (y probablemente muerto) a cualquier desgraciado, luego lo pensé mejor: Nina Williams es La Novia de Tekken.
América tiene a Julia Roberts – o tenía, que la pobre ya se nos hace mayor y aquí pasa como con las mascotas, ya no la quiere nadie –, Tarantino a Uma Thurman y... aunque tenga más que ver con la segunda que con la primera, la franquicia Tekken tiene a Nina Williams. Lo siento, Anna, pero es así. Quiero decir... A mí me encantan las técnicas de Anna y sus horterísimos conjuntos, pero nada como Nina para representar toda esa oscura trama que hay detrás del premio del Puño de Hierro. Por no hablar de la historia que ella misma esconde, más allá de los devenires de los Mishima. OJO, QUE AQUÍ PUEDE HABER SPOILER PARA QUIEN NO HAYA JUGADO A TEKKEN 4. Ya sabéis que, tras liberarse del espíritu de Ogre, en Tekken 4 trabaja para un extraño sindicato que la manda asesinar a Steve Fox, para luego descubrir que... oh, baia, Nina, es tu hijo. Eso es muy Kill Bill, ¿eh? FIN DEL SPOILER.
No sé, en Tekken hay muchos personajes que merecen una estatuílla, a diferencia del pobre Leonardo DiCaprio (hoy estoy muy hollywoodiense yo). Xiaoyu es maravillosa, los Mishima en general son “la marca” de la saga, Hwoarang si existiera en la vida real sufriría mi acoso sexual constantemente, Lei es muy... peculiar, y Yoshimitsu es uno de los más famosos incluso para aquellos que no han jugado nunca a ninguno de los juegos que componen la colección. Pero Nina... Nina es La Novia, y ya está, no hay nada más que decir. ¿Tendría que estar en el juego desde el principio? Probablemente. ¿Es injusto que tengamos que esperar a ver una expansión? Gñññé, sí. Pero al menos se puede decir que ese traje de novia le queda como si se lo hubieran hecho a medida. Bueno, vale, se lo han hecho a medida. Eso sí, el peinado no termina de convencerme. Esa coletita para una boda no, Namco. Esa coletita, no.
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