Necropolis tiene pintaza

El interés que tenemos últimamente por los juegos indies, en general, se ha reducido. Creo que es algo que nos pasa a todos. No es que haya menos juegos o que sean peores, justo todo lo contrario: el problema es que cada día es más complicado destacar entre la inmensa cantidad de juegos, tanto Triple A como independientes. Por eso quizá ahora solo consiguen llamar la atención aquellos que apuestan tanto por la calidad como por la extravagancia.

 

Aquí llega Necropolis, un juego que entra por los ojos, que han promocionado como dios manda – con buenos trailers y muy buena música acompañando – y que tiene un planteamiento que mezcla buenos géneros y buenas referencias. En mi mundo, una buena referencia suele ser Dark Souls, y efectivamente, Necropolis utiliza el concepto de la muerte, de los combates puñeteros y de los entornos tramposos y escoge el género perfecto para explotar todo esto: el roguelike. 

 

 

Necropolis entra por los ojos, y eso es algo que se agradece además en los juegos independientes. El cansancio que genera el pixel-art, el 2D y los roguelites en el mundillo de los juegos más pequeños ya es generalizado, por lo que ver un juego en 3D que también apuesta por el color, la atmósfera y la jugabilidad de esta clase de juegos es reconfortante. Al fin y al cabo, no es que esos elementos sean algo malo ni aburran, pero el exceso de ellos sí.

 

Así que a riesgo de sonar como un fanboy, os diría que le echárais una vistazo al juego y lo pusiérais en vuestro radar. Recientemente, sus desarrolladores, que son Harebrained Schemes – los mismos de los geniales Shadowrun Returns –, han anunciado que habrá un multijugador cooperativo para hasta cuatro jugadores, lo que da el giro definitivo y lo hace más interesante todavía a mis ojos. Lo dicho: uno de los indies más curiosetes para 2016, de momento, y que se lanza dentro de poco: el 17 de marzo. 

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