Necesitamos escuchar la voz de los creadores

Estamos ya acostumbrados a que nos bañen con un aluvión de ediciones recopilatorias. Ahora llega un nuevo recopilatorio de Assassin´s Creed y el año que viene tendremos el enésimo de Kingdom Hearts. La excusa o la explicación en la que se apoyan para tener sentido en el mercado es poder ser jugados en un mismo sistema, también por gente que nunca los ha probado. Otro motivo es poder contar con todos los DLC a modo de nueva edición GOTY, y no digo que estos packs no estén bien así para quienes les interese, lo que digo es que les falta algo.

 

Estas recopilaciones tendrían que dar un valiente paso adelante y servir como puente entre desarrolladores y jugadores, entre guionistas, artistas, diseñadores y su público. Poder conocer cómo se han recreado los escenarios de París, qué decisiones se han llevado a cabo para retorcer la ciudad y adaptarla a los vuelos de un Assassin e incluso cómo se ha ideado la historia de Sora y los suyos sería maravilloso.

 

Una edición coleccionista tendría que ser capaz de hablarnos más del juego y del proyecto global para captar a los que ya hemos jugado a los títulos que incorpora, cambiando así la experiencia. Si habéis jugado a The Orange Box y a su Portal habréis disfrutado con los comentarios del director contándonos cómo se han ideado sus puzzles; esa es una manera maravillosa de conocer más y mejor el diseño de videojuego, nos hace ser mejores jugadores y mejores analistas. Estas son clases magistrales que no tendríamos de otra manera, porque podemos disfrutarlas jugando.

 

 

Imaginaos el recopilatorio que llegará para PS4 de Kingdom Hearts con Tetsuya Nomura convenientemente traducido hablando de diseño de personajes, cómo han logrado fusionar tantos universos y cómo se ha construido una historia tan compleja. Sería fabuloso repasar cada videojuego, llegar a un combate y batallar recibiendo una lección de quién es ese al que azotamos con nuestra Llave-Espada, cómo se ha diseñado la coreografía o qué aprendemos con esa lucha. No hace falta ni decir lo fabuloso que sería contar con un recopilatorio de todos los Dark Souls en estos términos, parándonos en cada esquina del juego y activando las palabras de Miyazaki. No se me ocurre mejor manera de volver a disfrutar de todos los videojuegos del autor.

 

Esta acción le daría al videojuego ese necesario valor de trabajo parido por un artista que necesita, alejándolo del concepto de él que aún se tiene de ser un producto de entretenimiento vacío. Y es que el primer paso para que algo se convierta en un elemento artístico es poder escuchar a los artistas que lo han creado.

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