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Mujeres y videojuegos: en busca del espacio seguro

¿Algo innecesario?
Por Kysucuac

Como todos sabréis (puede que no, el nick de “Kysu” puede dar a confusión) soy una mujer. Una mujer que se dedica a escribir de videojuegos, que ama los videojuegos desde pequeña y que, supongo que en consecuencia, ha acudido a una gran cantidad de eventos relacionados con esta industria. A veces, siento que a menos de los que me habría gustado. Otras veces, se me quitan las ganas de ir a más.

 

Ser mujer y estar dentro de esta industria es toda una aventura que en una gran mayoría de casos no es del todo satisfactoria. Que en pleno 2017 tenga que seguir luchando por abrir los ojos de aquellos que se niegan a la realidad es algo que cansa. Sobre todo porque todos sabemos que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Muchas veces, acabas suspirando y mirando hacia otro lado. Porque esto te agota.

 

Los encuentros gamers son un espacio mixto (en teoría) dedicado a lo que todos nos gusta. Existen al igual que existen los salones del manga o del cómic en general, al igual que existe cualquier tipo de evento relacionado con la cultura geek. Para muchos, estos eventos son un sueño hecho realidad. Cuando vas a tu primera Gamergy, a tu primer Expomanga, a tu primera DreamHack, vas con una ilusión que no te la quita nadie. A menos, que acabes pasando por situaciones extremadamente incómodas cuando llegues allí.

 

Hay quien piensa que las situaciones feas sólo las viven las chicas que hacen cosplay. No os voy a decir que eso no es, en parte, así. Mi primer cosplay fue Selphie, de Final Fantasy VIII, y tuve que esquivar a más de un energúmeno que quiso bajarme la cremallera del vestido. Bueno, uno, de hecho, hasta lo consiguió, y desde entonces tengo el vestido guardado en una caja sin querer volver a ponérmelo. “Por si acaso”. Pero, no, las cosplayers no son las únicas que reciben un trato repugnante, donde se les toca sin permiso, se hacen fotos con ellas sin preguntar primero y si se niegan, les llaman de todo.

 

Pero como digo, esto no es algo que se de únicamente con las cosplayers. El año pasado por un evento de videojuegos y anime (creo que era la Japan Weekend, pero no estoy del todo segura), mientras miraba una tienda, un tío me pasó el brazo por los hombros y se hizo una foto conmigo. Ni un hola, ni un buenas tardes, ni un por favor. Ni siquiera sé para qué quería una foto con una persona que, para empezar, no iba cosplayeada, y, para seguir, no es muy fotogénica.

 

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Un espacio seguro, no una discriminación

Con los años me he dado cuenta de que, aunque queramos una igualdad total en la comunidad gamer, hay ciertas cosas que son complicadas de conseguir. Mientras cualquier mujer tenga miedo de ir sola a un encuentro gamer, esto no es más que un ideal inalcanzable. Todo el mundo necesita su espacio, y mientras haya hombres (no me vengáis con el #NoTodosSomosAsí, por favor os lo pido, que ya lo sé) que no entiendan este concepto, nosotras necesitaremos buscar nuestro espacio seguro.

 

Así es como nace una magnífica iniciativa: un encuentro gamer sólo para mujeres. Algo que no hace daño a nadie. Un pequeño evento para crear un espacio seguro en el que sólo nos encontrásemos mujeres. Un sitio de paz y tranquilidad donde no tengas que preocuparte por situaciones incómodas. Porque cuando vives el acoso, el insulto, día sí, día también, por el simple hecho de ser una mujer jugando a videojuegos, necesitas esto.

 

Es como hacer una reunión de amigas para hablar de nuestras cosas (que muchos piensan que es ir de compras, la repostería y ya está), pero de una forma un poco más “oficial”. Y me gustaría decir que muchos entendieron la idea. Pero no ha sido así. Es entonces cuando, mientras te preguntas a quién puede dañar que quieras un espacio seguro para mujeres, te llegan este tipo de cosas. Cuando lees algo así, te das cuenta (incluso aunque seas de esas que por suerte no sufren acoso) de que necesitas ese encuentro más que nada.

 

Sin embargo, el daño que hemos hecho queriendo un espacio seguro en la comunidad del videojuego es imperdonable. Hemos debido quebrar algo muy importante para los chicos gamers, porque lo único que hemos conseguido ha sido que el evento sea cancelado. ¿Y por qué? Por presión, amenazas, insultos. Y mientras para nosotras esto sólo nos demuestra hoy más que nunca que necesitamos ese espacio, cientos de machirulos celebran su victoria. Su victoria acabando con un evento que, de ser mixto, ni siquiera les hubiera importado.


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