Moving Out: mudanzas baratas, destrozos, guantazos y juegos de sofá
Moving Out llega de la mano de Team 17 a Nintendo switch, PC, Xbox One y PS4. El título, desarrollado por SMG Studio, se estrena de paso en Xbox Game Pass. Si sois miembros de esta suscripción y tenéis a alguien en casa con quien jugar, os aconsejo encarecidamente que lo descarguéis y empecéis a jugar. Vais a encontraron un título que recupera toda la filosofía vieja escuela de los juegos de sofá con la sensación amor-odio de estar jugando con vuestro mejor peor amienemigo.
Mudanzas de baratillo
Moving Out pretende ser retro tanto en su filosofía como en su ambientación, pero no deja de ser un juego muy moderno en lo jugable con un aspecto impecable plagado de cositas simpáticas. Los guiños a la cultura pop de los 80-90 están presentes desde su sorprendente intro hasta las melodías, los vídeos explicativos y el trazado de un pueblo que bien podría ser Hill Valley. Pequeños homenajes a Cazafantamas, los Goonies y otras películas se unen a un juego que, en realidad, no necesita nada de esto para conquistarnos.
A continuación os incluyo nuestro directo -en diferido- jugando a Moving Out. Diez años de vida que se me fueron jugando una hora y media con mi hija a este fantástico cooperativo de sofá. Y es que Moving Out es un juego que se adapta a lo que quieras sacar de él: Cooperación, trabajo en equipo y recompensas... o bofetadas, troleo, incordiar al compañero y convertir esto en una semi road movie que bien podría venir firmada por Pepe Villuela.
Los transportistas del barrio
Como podéis ver en el directo 100% Mundogamers, lo que ofrece al final Moving Out es cachondeo puro. Un enfoque que recuerda al aspecto fresco de los juegos para móviles y un buen puñado de personajes altamente personalizables que irán creciendo en número según avanzamos en la aventura. El sistema de movimiento por la ciudad, con un enfoque muy cercano al primer Ghostbusters de David Crane y Activision allá por el 84, nos invita a viajar por la ciudad a bordo de nuestro camión de mudanzas en busca de encargos. Una misión en ocasiones suicida que permite que ambos personajes conduzcan a la vez, lo que puede terminar con nuestros huesos y ruedas en el río al más puro estilo Thelma y Louise.
Pero en Moving Out todo tiene solución y nada es nunca demasiado grave. Esto se nota no sólo en los estropicios que causamos al surcar la ciudad con nuestro camión sacando de la carretera a otros coches y causando atascos y accidentes en cadena, sino también en su parte más formal: las mudanzas. Durante la mudanza, que deberemos cumplir en un límite de tiempo si no queremos que nos cancelen el encargo y tener que volver a empezar, todo es posible: Entrar por las ventanas rompiendo los cristales, tirar la cama desde el piso de arriba hasta el camión, encerrar a las mascotas en el cuarto de baño, romper todos los jarrones y el acuario... El seguro paga, así que todo es posible en Moving Out. El único requisito es pasarlo bien, y estoy seguro de que así será, aunque durante la experiencia envejezcais 10 años de golpe.
¡Nos leemos!
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