Mortal Kombat. Diseños de personajes siempre geniales
Mortal Kombat es y será el paradigma de lo hortera. Sus personajes empezaron siendo capturas pixeladas de personajes disfrazados y grabados; y con unas pintas... Ninjas, leotardos, robots, minotauros musculados, etc se dan cita en el plantel de luchadores de la saga, pero, pese a todos estos referentes tan horrendos, nunca han sido malos diseños, nunca han desentonado ni horripilado, habiendo conseguido evolucionar de manera muy notable desde 1992. Mortal Kombat consigue que "hortera" no sea una palabra peyorativa
Y no es una tarea nada sencilla, basta ver otros como Killer Instinct que, partiendo de unos diseños de personajes de su tiempo, no han conseguido despertar ninguna simpatía. Un trabajo muy bueno también es el de Capcom. Conseguir que un bicho como Blanca se siga sintiendo fresco al verlo es todo un logro; pero los diseños de Street Fighter no tienen ese diseño arriesgado de Mortal Kombat, en los que un rollo de muchachotes to´ ciclaos se fusionan con todo lo que significa ser de serie b.
Es precisamente en saber combinar esos dos elementos, y saberse reír de ellos, cómo la franquicia de videojuegos ha conseguido sobrevivir. Un cruce tan perturbador que ha sabido, y bien, aliarse con un tono de penumbra y terror, que ha guiado los diseños de las últimas entregas, en especial de esta última.
La utraviolencia de Mortal Kombat pasó del humor a lo macabro, y vuelta de nuevo a él, aunque impregnándolo de mucha fantasía oscura. Este esquema ha permitido la introducción de nuevos elementos en su trama y también de personajes más imaginativos y extraños que los originales. También los personajes que iniciaron la saga van, poco a poco, desmelenándose y mostrándose como los monstruos que son en realidad. Antes Scorpion tiraba una simple cuerda con garfio, pero este ha acabado siendo parte de su propia anatomia, con un boca cada vez más fiera.
Los nuevos personajes se apuntan a esta línea de diseño: Total Khan, Ferra & Torr o D´vorah tienen ese punto de criatura monstruosa, mucho más obvio que en los primeros títulos. Pero también siguen siendo humanos, para que los golpes que reciban empaticen con nosotros, y nos duelan.
De hecho, los diseños generales van perdiendo ese toque musculado a favor de uno más elegante, los colores pierden fuerza y se convierten en otros más oscuros. La violencia se hace más de huesos y vísceras y menos de sangre. El humor deja paso por completo al terror y Mortal Kombat vuelve a redefinirse, como siempre, con estilo, no siendo hortera y siéndolo muchísimo a la vez. Toda una lección de cómo renovarse sin morir.
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