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Molyneux abarca demasiado

Y haré lo que sea que haga la nieve en veranooo
Por Rafa del Río

El amigo Peter Molyneux sigue haciendo lo que mejor se le da en estos últimos tiempos: hablar. Hablar mucho. Lo hace con un solo propósito: cuanta mayor sea su exposición mediática, mayores serán las posibilidades de captar mecenas para Godus.

 

El problema surge cuando de esta pretendida exposición mediática se consigue el efecto contrario: hartar al personal. Hablamos hace unos días del lanzamiento del Kickstarter de Godus, hablamos de si Molyneux nos parecía un héroe o un villano, pero es que el tipo no para. En lo que llevamos de campaña también ha tenido tiempo para rajar de Wii U, dice que no le parece una consola rompedora, ha anunciado que se retiraba después del próximo juego y ha tenido que salir a la palestra a desmentirlo.

 

Ah. Y también ha llorado.

 

En definitiva, Molyneux está cumpliendo con ese refrán que dice que el que mucho abarca, poco aprieta. Está en mil frentes y se nota que lo hace más por esa necesaria visibilidad que le permita sacar adelante su proyecto que porque tenga cosas que decir. El tama está llegando a un extremo en el que incluso para mí, que le tengo aprecio, se está convirtiendo en un coñazo.

 

La última ha sido el desmentido de su retirada. Una retirada que se iba a producir a lo grande -"si pudiera aprovechar cada fallo que he tenido, cada gramo de energía, cada gramo de experiencia y volcarlo en un juego, ese sería mi juego final", aseguró-, siempre en términos muy grandilocuentes, como le gusta al creador británico.

 

Peter Molyneux

Todos tienen algo que decir. Algo muy importante.

 

Pero el tema de fondo es que tanta exposición mediática responde a un temor que poco a poco se está haciendo realidad: Godus no termina de cuajar entre los mecenas de Kickstarter. Comenzó fuerte, con paso firme pero sin arrasar y se ha ido deshaciendo cual azucarillo. A estas alturas, con 18 días por delante, todavía no ha alcanzado la mitad de las 450.000 libras que pidió para hacer el juego. Es más, al ritmo que va la colecta se supone que cumpliría con su objetivo justo a tiempo. Pero, siempre hay un pero, el número de donaciones ha bajado alarmantemente con el paso de los días.

 

En defintiiva, si se confirma la tendencia, Godus se quedaría en agua de borrajas, aunque hay que tener en cuenta que los proyectos de Kickstarter siempre reciben un empujón considerable en sus jornadas finales. Salga adelante o no, lo que Godus le está demostrando a Molyneux es una realidad dolorosa en la que está quedando más que claro que no se puede vivir del cuento y de que los resultados de sus últimos trabajos le están pasando demasiada factura.

 

En Mundogamers ya tenemos la porra preparada para saber cuánto dinero juntarán en 22cans y si sacarán adelante el proyecto. Saquen las palomitas, hagan sus apuestas y, si la espera se hace muy larga, echen una partida a Curiosity.


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