¿Molan más ciertos videojuegos según la estación del año?
Estoy jodido con The Witcher 3: Wild Hunt. No es una cuestión de que sea difícil, me haya aburrido o no me apetezca seguir jugando por culpa de los bugs o cualquier otro tema. Ná. El problema, básicamente, es que cabalgar por las islas de Skellige con Geralt, en medio de viento, nieve y aguacero, mientras en el salón de mi casa están pegando los 44º de sol directo, tengo el ventilador en la cara y una birra fresquita apoyada en la panza, resulta jodidamente disonante y perturbador.
Juegos por estaciones del año
A lo mejor soy demasiado friki, pero recuerdo que los mejores juegos a los que han jugado son aquellos que, aparte de ser buenos, coinciden en mayor o menor medida con la época el año a la que estoy jugando. Far Cry -sep, el primero- y Far Cry 3 los jugué en gloriosos veranos que hacían que meterse en el agua fuera una puñetera delicia, lo mismo que me pasó con Dead Island y con Just Cause, con Assassin's Creed IV: Black Flag e incluso Rysen 3. Feliz verano, piratas, barcos, aguas cristalinas y 'What do we do with the drunken saylor' entre jarras y jarras de ron.
Lo mismo pasa en invierno: Cómo mola jugar a Never Alone con un vaso de vino de especias del Lidl calentito entre las manos. Cómo mola empezar a jugar a Inquisition, con el viento pegando a 8 bajo cero en la ventana y los pies de nuestro Inquisidor metidos en la más fría de las nieves. Genial SSX Blur, o, en su defecto, The Witcher 3 cuando lo recupere en cuanto el frío empiece a rogarme que vuelva a las islas de Skellige, pues, por ahora, voy a dejar el juego en 'stand by', o en pausa, si lo preferís. Incluso aceptamos 'paluegos'.
Disonancias termo-narrativas.
Puede sonar idiota, pero en un momento en el que buscamos la realidad virtual y hablamos de las 4D, tal vez sería interesante plantearnos esas 5D que son las que incluyen sensaciones como las de la temperatura y la térmica del ambiente.
Una pena que Mad Max no vaya a salir hasta septiembre: En plena ola de calor nos habríamos sentido como en casa, aunque lo desértico y postapocalíptico de su planteamiento no supondrá una disonanca termo-narrativa en sí misma. El que sí me dejará igual, y quedará a la espera en la nevera a la espera del próximo verano, será ese cuento de piratas de Raven's Cry. Una historia de los chicos de Two Worlds que me prometía otro verano la mar de marinero en sus inicios pero que al final parece que saldrá cuando los abrigos cobren importancia.
Lo siento, pero juegos de nieve con este calor son como un capítulo especial navideño de Cosas de Casa en plena Semana Santa. Nada como un chapuzón en la playa de los Santos, un poco de carreras de motos de agua y algo de salto libre de la mano de GTA V para purgar los calores del verano. Y Batman... Por mí puede quedarse en su Bat-Cueva haciéndose un bat-ido o salir a la calle a pegarle a los matones que amenazan una ciudad muerta y sin civiles. Yo en verano quiero sol, agua, piña colada y chupitos de tekila.
¡Nos leemos!
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