Miedo a los juegos japoneses

Victor Junquera, intrépido jugador de las aguas de Fire Emblem desde hace muchos años y mejor amigo, consiguió convencer a Álvaro Ondina para que disfrutase del juego de estrategia de Nintendo en 3DS a pesar de sus miedos. Lo que a mí me extrañó, como espectador de la conversación entre mis dos compañeros, fueron los paralelismos lógicos, obvios y evidentes entre XCOM y Fire Emblem y el 'miedo' de Álvaro a dar el salto a una franquicia legendaria que lleva más de veinte años dando alegrías en todas las consolas de Nintendo por las que ha pasado.

¿Es único el caso de Álvaro? En absoluto: creo que por algún motivo hemos desarrollado una especie de fobia a los juegos japoneses, a pesar de lo accesibles que puedan ser para el público occidental que nos impide disfrutar sin complejos de cosas como Dark Souls, Persona 4 o el propio Fire Emblem. Tenemos miedo a navegar por aguas orientales, y creo que los culpables, en gran parte, somos los propios periodistas, que llevamos unos pocos años siendo alarmistas con todo lo que sale de Japón, tengamos motivos o no para serlo.

No creo que el país nipón pase por su mejor momento en la actualidad lúdica de nuestro ocio, y aunque salen obras que logran echar por tierra mis pesimistas argumentos, también es cierto que si comparamos la presente generación con la pasada o la anterior, creo que podemos sacarle los colores a los nipones. No obstante, esa hipotética mala racha que defiende con tristeza un servidor y muchos otros con mayor o menor gracia y conocimiento de causa, ¿justifica nuestro tono a la hora de hablar de ciertos videojuegos?

Persona 4, recientemente lanzado en PlayStation Vita y visitante de PlayStation 2 hace unos años cuenta con una barrera lingüística añadida, pero Fire Emblem lleva saliendo en castellano por nuestras tierras desde Game Boy Advance. Siendo obras tan brillantes y tras visitar tantas plataformas, ¿cómo es posible que no goce todavía del respeto y el estatus que sin duda merece por tantos trabajos bien hechos? ¿A qué se debe esa especie de miedo a experimentar y conocer más videojuegos? Nos gusta jugar y disfrutar nuevos títulos, ¿no? Consiste en eso, de hecho.

Ya os hablé hace unas semanas de mi gratificante experiencia a los mandos de Dark Souls, pero podemos extrapolarlo a otro juego con pedigrí 100% japonés que estoy disfrutando mucho en la actualidad: Monster Hunter 3 Ultimate, recientemente lanzado en WiiU. Las reseñas le han respetado en nuestro país, pero no hace falta ser un gran experto de la franquicia de Capcom para adivinar quién ha tratado con mera cortesía a la obra distribuida por Nintendo en España y quién ha descubierto, de forma franca, qué esconde ese título de extraño control y peculiar concepto. Luego irán paseando su pesadumbre con la actual generación, los shooters y los pasillos, pero los buenos ejercicios son inaccesibles para el pueblo llano. Mentira y gorda.

Teniendo más cosas en común de las que podríamos ver a priori entre la obra de los de Osaka y From Software, comparten un nuevo aspecto que no beneficia en nada a ninguno de los dos: ese aire elitista y excéntrico de presentar los juegos para paladares finos y machos con pelo en pecho acabará trayendo consecuencias inesperadas para uno y otro título en Occidente, estoy convencido. Por algún extraño motivo, en vez de instar a los jugadores a probar esas obras les avisamos de lo complicado y frustrantes que pueden ser sin ofrecer motivos más positivos que sin duda tienen y que, espero, inconscientemente, nos empeñamos en ocultar.

La conclusión es que deberíamos invitar a nuestros lectores, oyentes y espectadores a ser más valientes con los juegos que pueden adquirir en sus respectivos comercios, y que Japón, pase o no por un mal momento, sigue demostrando con muchos ejemplos que de hacer videojuegos algo sabe... y si no me creen echen un vistazo a lo que ha levantado Kojima con Metal Gear Solid V.