Microsoft Killed the Kinect Star

Acaban de traicionar al usuario que tiene una Xbox One. Microsoft ha cambiado dos veces la filosofía de su consola de nueva generación en menos de un año y es normal que los usuarios que han comprado la máquina por 500 euros y un Kinect 'no-tan-necesario-como-parecía' que únicamente sirve para interrumpir partidas en línea por creer haber escuchado BING estén molestos. Yo el primero. Los futuros compradores de la máquina, los que os váis a ahorrar 100 euros (o los que ni siquiera os lo planteáis) ya sabéis lo que nos han obligado a comprar, pero no imagináis lo inútil que resulta un cacharro que dentro del videojuego todavía no ha sabido encontrar un uso lícito que resulte interesante para un usuario como tú o como yo.

Lo peor en realidad ni siquiera es eso: lo peor es que dabas por sentado que si el futuro de Kinect y One estaba tan unido sería por algo, y que si en Redmond no concebían el futuro de uno sin la otra era por tener, precisamente eso, un futuro, algo pensado. Craso error: la presente noticia lo que nos acaba confirmando es que jamás estuvo en sus planes tras la marcha de Don Mattrick, y si hubiesen querido ahorrarnos 100 dóleuros en su momento podrían haberlo hecho sin mayores problemas antes de su lanzamiento. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha llevado a Microsoft a recapacitar y llegar a la conclusión de que One puede vivir sin su Kinect? ¿Por qué ahora y no en noviembre?

La máquina pierde con la competencia, pero está vendiendo francamente bien en todo el mundo (no podríamos decir lo mismo de España) y no existe un motivo que lleve a Microsoft a tomar la presente decisión y reírse de todos los que el pasado mes de noviembre quisimos apostar nuestros 500 euros por la nueva generación que presentaban los americanos. Los que triunfan hoy son los jugadores que el próximo 9 de junio, tras la conferencia del E3 de Microsoft, quieran acercarse a su tienda más cercana y tener derecho a elegir si quieren o no el accesorio más decepcionante que se recuerda en los últimos años de nuestra industria. Y es que es así. Enciende, apaga, acopla y desacopla, pero en materia de juegos, ¿para qué lo has usado en lo que llevamos de generación?

La marcha atrás de los americanos no quiere decir que ahora PlayStation 4 vaya a tener mejores exclusivas o que alguien en Microsoft tenga un puño metido en el trasero ahora mismo: significa que Kinect, el que tenemos ahora, no es capital, y por tanto, su evolución, salvo milagro, quedará en lo que veis: jueguicos de baile y otras milongas de aerobic que no interesan a ningún lector de MundoGamers. Dicho de otra forma: el hecho de que Kinect no resulte capital y que no obligue a los desarrolladores de third parties a indagar con él condena su evolución y lo relega, de nuevo, a funciones absurdas que nadie quiere.

Que la evolución de Kinect no me quitaba el sueño, obvio, pero ya que te lo has comido lo mínimo es esperar una buena noticia. Una 'buena nueva' que en seis meses de obligatoriedad ni estaba ni se esperaba, pero la decepción y la pérdida de 100 euros a lo tonto por parte del early adopter molesta, pica y debería sonrojar en las oficinas de Microsoft. Con ella comienza el E3, un evento en el que los americanos ya han puesto la primera piedra. ¿En qué posición dejará a la máquina el anuncio el próximo 9 de junio? Más allá de la puñalada, es una noticia que cambia las leyes del juego.

A ver a quién vendéis el Proyecto Fortaleza. Tenéis faena por delante.