Mi visita a Pixel Bar en Madrid
Ayer volví a tener 10 años. Aquellos tiempos en los que apenas sabía lo que era un ordenador, pero manejaba el Age of Empires II como nadie. En mi casa no había (ni Age of Empires, ni computadora), claro, así que sólo tenía dos opciones: Las clases de informática de por las tardes y un lugar mágico y especial: el ciber. ¿Qué demonios hacía una niña de diez años en un antro, rodeada de adolescentes conectados a Ozú.es? Pues jugar a todo lo que pillaba por banda y no podía tener en la consola. Sí, los cibers eran una cosa guay, una experiencia muy de los 90 que nunca olvidaré y que he revivido, aunque de manera actualizada.
Es lo bueno que tiene una ciudad como Madrid – y más si la comparo con mi ciudad de origen –, que encuentras de todo. Bueno, en realidad el sitio que he visitado este miércoles sólo lleva abierto desde el 31 de octubre del año pasado (coincidiendo con la final del Mundial de League of Legends), pero tiene pinta de que le queda mucha trayectoria por delante. Estoy hablando de Pixel Bar, un negocio poco común por nuestro país (de hecho, ahora mismo, el único existente) pero que nos hace preguntarnos: ¿Por qué no lo hemos inventado antes?
Pixel Bar es un bar de videojuegos. Sí, hay cerveza y hay videojuegos, así de sencillo. El local, situado en la calle de Joaquín María López, en el número 46. Esto viene a ser, por la zona de Moncloa y al ladito de la parada de Metro de Islas Filipinas. Vamos, es que os lo pongo en bandeja. Una visita obligada para todos aquellos nostálgicos, y, sobre todo, para los más jóvenes que no tengan en su casa un buen equipo. Lo que este sitio nos ofrece, además de bebidas con nombres de personajes de videojuegos, es un espacio para jugar, solo o en compañía, con la única condición de pagar una cosumición.
¿Por qué me parece una idea más que perfecta? Porque no es sólo un viaje al pasado, sino una forma de adaptar algo tan exitoso como el videojuego a lo más común de la vida cotidiana que es ir a tomarse una cerveza con los amigos. Y es que, además de poder jugar por libre o apuntarnos a los torneos, en Pixel Bar retransmiten competiciones de eSports, como la LCS. Lo que se traduce en otro empujoncito muy bueno para los deportes electrónicos en nuestro país.
Pues... es que no se nos ha ocurrido a los españoles (¡con lo que nos gusta la party!), no, sino a Harold Henry y Valentin Houssais, dos jóvenes franceses. Se conocieron hace más de 8 años, estudiaron juntos y decidieron que su futuro estaba en montar un negocio. El concepto que más le gustaban era el de la perfecta unión entre un bar y los videojuegos, algo que en Francia ya es muy popular. La idea era, sin embargo, hacerlo más allá de sus fronteras. Ningún lugar como la capital de España, librándose de cualquier posible competencia. Y, viendo cómo la gente se vino arriba con la final de la LCS europea que se celebró aquí en Madrid, un sitio así no podía venir en un mejor momento.
¿Qué encontré ayer, en mi visita a Pixel Bar? Un local de dos plantas, no muy grande, pero tampoco pequeño. En la planta baja, la barra y dos televisores. En un televisor, unos chicos estaban probando Naruto Storm 4 (era el evento del día). En el otro, disfruté de vídeos recopilatorios de fails de League of Legends. Pero lo que de verdad mola está en la planta de arriba: 10 ordenadores y varias consolas a tu total disposición. El único requisito: Consumir algo. Que no sólo hay refrescos, cervezas y cócteles, que también hay comida, por cierto.
La verdad es que, para ser miércoles, encontré muy buen ambiente en el lugar, y se ve que tiene ya sus clientes habituales (malditos niños-rata), lo que lo llena todo de buenrollismo. Un sitio que recomiendo a cualquiera, ya sea por la parte de los videojuegos, como por la parte de la bebida (vamos, que a Tito Rafa lo tenemos ganado si lo llevamos al Pixel Bar a tomar cócteles), que además tiene un precio bastante asequible (y la hora feliz de martes a jueves de 17:00 a 20:00). En resumen: A beber y a jugar, hombre ya.
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