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¡Mi reino por un Chocobo! Enamorado de los plumíferos de FFXV

Los Reyes Magos vendrán en Chocobo este año
Por Rafa del Río

Hola, me llamo Rafa, tengo 38 años, soy amo de casa y redactor de videojuegos... y tras casi cuarenta años sin lograr conectar con ningún tipo de mascota digital, los tipos de Square Enix me la han liado y han logrado que sienta una extraña obsesión hacia los Chocobos de Final Fantasy XV. Aunque tranquilos, como diría Prompto, no es una obsesión 'en plan raro'. 

 

Supongo que no es nada raro, y que le estará pasando a medio planeta que esté jugando ahora mismo a Final Fantasy XV, pero como digo en mi caso lo considero raro porque nunca, nunca, he soportado las mascotas y los animalitos de videojuegos anime, que se me hacen pesados, vergonzosos, excesivamente kawais o, directamente, empalagosos. Pikachu, Agumon, Platinum, Mokona, Yoshi, Navi, Dusty, Moguri... Incluso Epona: la única forma en la que me acercaría a ellos es con un espeto y una fogata para darles un par de vueltas y ponerlos entre pan y pan

 

 

Pero eh, los Chocobos molan. 

Los Chocobos molan. Molan tanto que estoy convencido de que este año los Reyes Magos vendrán montados en Chocobo a repartir los regalos. Los Chocobos molan tanto y son tan trendy que Niklaus San o Papa Noé o cómo sea que se llame el gordo de rojo, ha encerrado en los establos a Donner, Rudolph, Blitzen... eh... Vondín, Bailarín, Noviembre, Mudito, Tom Cruise y Cómo narices se llamen lo renos esos, y se ha pillado siete chocobos para que tiren del trineo mientras practica a golpe de cazalla su 'ho ho ho' particular.  

 

Los Chocobos molan tanto que este año, en la foto del discurso del rey, en vez de salir la familia real de vacaciones en la sala de espera del trullo para hablar con algún pariente imputado van a poner una selfie de Prompto, Gladio e Iggy poniéndole ojitos a Noc en las chocoberizas delante de sus cuatro Chocobos. ¿Quién quiere una mula y un buey echándote el aliento en el pesebre cuando puedes tener Chocobos? El Niño Jesús de mi portal lo tiene claro: Quiere Chocobos. Y yo también.

 

 

Porque los Chocobos de Final Fantasy XV son la caña.  

Square Enix ha demostrado ser grande muchas veces, pero creo que ha sido con estos nuevos Chocobos 15.0 con lo que ha demostrado hasta qué nivel puede llegar. Primero, en cuestión de diseños, porque ha conseguido crear una especie animal creíble que, a pesar de tirar de realismo y credibilidad en su elaboración ha conseguido dar la sensación de un animal inteligente, bello, bondadoso y, sobre todo, creible. 

 

Segundo por su forma de introducirlo en el juego, como las monturas que nos ayudan a explorar a toda velocidad el enorme escenario de juego y con las que sobrevolamos a saltos las ciénagas, nadamos a toda velocidad por enormes lagos entre hervíboros gigantescos o corremos desaforados por los prados picándonos con nuestros amigos por ver quién llega antes a la meta.

 

Y tercero, por su personalidad, porque los Chocobos no son esa fiel montura ciega y tonta a la que estamos acostumbrados de otros juegos. Los Chocobos van mucho más allá de Sardinilla y Epona al tener su propia personalidad y criterio: deciden, según sea su relación con nosotros y sin necesidad de barritas medidoras de corazones ni pamplinas en vinagre, si colaborar con nosotros en la batalla, salvarnos en una huída rápida o quedarse comiendo verduritas Curiel mientras un megabicho nos revienta las entrañas a dos metros de su zona de pasto. 

 

 

Quiero un Chocobo

Los Chocobos de FFXV son, al menos para mí, la mejor introducción de un animal de fantasía en los videojuegos. Son creíbles, son bonitos, son geniales y divertidos, y lo mejor es que tienen esa personalidad explosiva, ese libre albedrío que hace que nunca sepas cómo van a reaccionar, y que hace que, cuando logras abrazar a uno después de varios picotazos, comprendas que todo esta bien y que todo el mundo necesita un Chocobo en su vida para comprender la felicidad. 

 

Aunque esos muslillos, vuelta y vuelta a la parrilla... Uhm...

 

¡Nos leemos!


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