Mi primer mes en Animal Crossing New Horizons
Son ya más de 30 los días que cuento como ciudadano insular, como miembro de honor de la isla en la que Tom Nook me recibió con los brazos abiertos (y con una hipoteca que pagar). Como buen ciudadano, he intentado adaptarme a las reglas de este nuevo mundo, uno que me pide medir mejor mis pasos y, sobre todo, disfrutar del camino. Porque importa tanto o más que la meta. Y en esas más de tres semanas puedo decir que no había jugado a nada parecido.
Animal Crossing New Horizons va en contra de los códigos -o manías- que había asumido como jugador. El quererlo todo cuanto antes, el concebir los juegos cíclicos (como Persona 5) como bucles en los que los días en particular no cuentan mucho, el disfrutar de las pequeñas cosas o el necesitar objetivos definidos. Cuando no es el juego el que te dice qué hacer, sientes que falta esa mano que te empuja a darle un sentido a tu experiencia; es difícil salirse de ese rol pasivo.
El caso es que al salirme de mi zona de confort he descubierto nuevas facetas en mí, como la afición por crear diseños pixel art para camisetas, cuadros o gorras. Tampoco pensé que llegaría a disfrutar diseñando mi jardín, planificando la distribución de las flores, de la piscina y de los bancos. Es un juego que también ha logrado que vuelva a hablar con los PNJ por el puro placer de lo que me cuenten, sin la intención previa de recibir nada a cambio. Es divertido ver que tienen rutinas, que siempre se alegran de verme y que, como yo, van evolucionando.
Hablamos de un título que empezó mosqueándome cuando, mañana tras mañana, el anuncio matinal de Toom Nook venía sin novedades. Sentía que el juego empezaba muy lento, demasiado; que me faltaban cosas por hacer en mi isla. Pero los quince o veinte minutos diarios que le dedicaba en su momento ahora acostumbran a quedarse cortos, aunque ahora disfruto de poder dejar las cosas para mañana porque, en fin, nadie me meterá prisas. Ya no necesito que los buenos días vengan con novedades.
Empiezo a entender a la gente que decía que esto es una carrera de fondo, porque es bien probable que siga jugando a esto dentro de mucho tiempo. Ahora mismo tengo planificado habilitar los accesos a todas las partes de la isla, mantener los espacios verdes y, si puedo, acabar de pagar un par de deudas para realizar ampliaciones. Dicen que podría celebrarse un concierto, así que la isla debe estar preparada para la ocasión. En cualquier caso, si no lo está para esta celebración, lo estará para la siguiente, porque ahí estaré.
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