1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. 3DS

Mi llegada a Animal Crossing

Animal Crossing es como la vida misma con colores bonitos
Por Alvaro Ondina

Uff, acabo de llegar a VILLAMG y estoy algo desubicado. El viaje ha sido bastante ameno. Un gato llamado… ¿Fran? ¿quién llama a su gato Fran? se ha sentado frente a mi y me ha dado conversación. Que si adónde voy, que si cómo me llamo… Sí, a todos nos encanta ir en metro y que el de al lado empiece a interrogarnos como si fuésemos sospechosos de un crimen. Por favor, ¿puedes flagelarme?. Un momento, eso me recuerda que no me he presentado. Mi nombre es Ondina. Bueno, vamos al meollo de mi entrada en este pueblo.

 

Lo cierto es que aquí parece que hay buena gente. Nada más bajarme del tren tenía todo un comité de bienvenida esperándome. Si vosotros vierais una jauría de animales rodearos entre gritos y brincos, ¿qué haríais? Pues imaginad que estos fueran vestidos, chungo ¿no?. Nada, no había escapatoria. No me preguntéis pero al parecer, por necesidades de guión…, perdón, por votación popular me han nombrado alcalde. Más o menos como en la realidad, pero sin gastar dinero en campañas, especulación y demás engaños. Entre mi comité de recepción se encontraba Canela, mi ayudante en el ayuntamiento y una perra. Sí, es una perra, no es culpa mía. Tras unas alabanzas y cánticos, como si fuera un grupo Góspel, Canela me llevó junto a los vecinos a la plaza del pueblo para inaugurar la temporada. Cabalgatas, fuegos artificiales, alcohol y demás. Vale no, no había nada de eso. Pero hemos plantado un árbol para que crezca junto a nosotros con nuestro amor y armonía, como el árbol Bodhi. ¡Eh, no pongáis esa cara! Un poco ñoño lo sé pero, al fin y al cabo, creo que miraré ese árbol todos los días como simbolismo de mi trabajo en el pueblo. Vale no, pero ahí estará.

 

Aquí estoy con mis vecinos plantando nuestro árbol en la plaza de VillaMG

 

Uno de los problemas al llegar a un nuevo sitio es dónde vivir. Sí, un problema de este sitio solo… Y, cómo no, ahí estaba ese Tom Nook para poner solución. Madre mía, ¿Sabéis cuando conocéis a esas personas que parece que solo quieren sangrarte el bolsillo? Fue entrar en su inmobiliaria y sentí un escalofrío que me recorría el cuerpo. Un paseo por el pueblo en su compañía y me pidió que eligiera un lugar para la construcción de mi casa. Pensé que, ya que iba a ser alcalde, sería bastante recomendable alojarme cerca de mi puesto de trabajo. Todo comodidades. Buen sueldo, una casa por la patilla. Un huevete. Tras indicarle donde quería que construyese mi casa tenía ya la hipoteca, un terreno vallado. Si quería que empezasen las obras tenía que hacer un pago previo de 10000 bayas. Peor que tratar con la mafia.

 

Comencé a dar una vuelta por la zona comercial, pensando en atracar alguna tienda para hacer frente a mis deudas. Encontré un compra-venta regentado por Nendo, otro Tanuki. El parecido con Nook era escabroso. Estuvo explicándome durante largo rato cómo, si conseguía objetos inspeccionando el pueblo, accedería a comprármelos y así obtener nuevos utensilios, como una pala, una caña de pescar y demás. No, si encima de no pagarme por mi puesto, me ponían a cavar y pescar. Parecía que ya podía empezar a ganar algo de dinero para saldar mi deuda y ser un vecino más, con una hipoteca, sin tiempo libre y rodeado de animales que me cuentan su vida. ¿A qué me recuerda esto?

 

Al principio fui recolectando algunos melocotones, agitando algún que otro árbol. De algunos, por algún motivo, caía dinero. Ahora me diréis que no os ha pasado nunca. De otros caían panales llenos de abejas asesinas, dopadas y enfurecidas. Sí, será para compensar lo del dinero. Cuando tuve los bolsillos llenos, corrí de nuevo a la inmobiliaria de Nook para pagar la señal y que las obras comenzasen cuanto antes. Lo de vivir como un indigente mola pero, llamadme sibarita al preferir un techo y cuatro paredes. Cuando obtuve mis primeros ingresos pude comprar una caña y una pala, lo que me ayudó a conseguir fósiles y peces que, por un lado me ayudarían a enriquecer las colecciones del museo y por otro a conseguir bayas suficientes. Da gusto ganarse la vida honradamente ¿Quién no quiere cavar hoyos a pleno sol y tirarse horas esperando que pique algun pez?

 

Aquí tenéis el famoso arbol de dinero, seguro que en el parque de vuestro barrio hay alguno. Agitad, agitad

 

Aun así he de reconocer que Tom Nook no es tan insensible y especulador como parece, me ha dejado una tienda de campaña para dormir hasta que las obras hayan finalizado. Dormir clavándome las piedras del suelo, sin calefacción, todo comodidades. Parece que tras estar construida podré modificar mi casa tanto por fuera como por dentro. Por supuesto, por un módico precio. Vaya, eso no podía hacerlo en el anterior pueblo.

 

Bueno, poco a poco he conseguido dinero suficiente para pagar la entrada del piso. Vale, vale, no me envidiéis, después de todo tengo un cargo público y para pagar tengo que trabajar de agricultor, pescador, chatarrero… Me falta prostituirme. En estos momentos echo de menos España.

 

Y así me he tirado todo el día, cavando, golpeando árboles, pescando... He vendido todo, he pagado la entrada y he comprado algunas cosillas para seguir trabajando. Todo para que, tras ser atacado por insectos antropófagos y haber corrido por todo el pueblo como un poseso para conseguir un sitio donde dormir, mis vecinos decidan burlarse de mis infecciones e hinchazones. En realidad, eso lo hacen hasta los mejores amigos.

 

Cuando esté construida os invitare a conocer mi casa, eso si, la cerveza la ponéis vosotros

 

Mi entrada en Animal Crossing New Leaf me ha trasladado a un universo paralelo en el que vives atado a la esclavitud del capitalismo, trabajas hasta que te sangran las manos por cuatro duros y vives rodeado de animales. Vamos como la vida vida misma pero con muchos colores. Encima, para una vez que tengo un cargo público, toca que no me paguen y tenga que trabajar como un esclavo para ganar cuatro perras, dos conejos y un gato.

 

Animal Crossing New Leaf resulta, como sus antecesores, divertido. En un pueblo en el que siempre tenemos algo que hacer para ampliar la casa, obtener nuevos objetos y ahora compartirlos con nuestros amigos a través de Street Pass. Aún nos queda un largo recorrido por VillaMG, así que de momento os dejo algunas fotos de mi llegada.


<< Anterior Siguiente >>