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Mi experiencia con Samsung VR Gear

La Realidad Virtual móvil
Por Álex Pareja

No había probado la Realidad Virtual que ofrecen cascos como Samsung VR Gear, que lejos de contar con una tecnología comparable a lo que podemos ver en otros tipos de cascos utilizan un simple teléfono móvil para funcionar. No tenía muchas esperanzas, si os soy sincero, pero ahora he cambiado de opinión después de haber podido disfrutar de una experiencia muy especial. 


Estoy hablando de un nuevo proyecto en el que está trabajando Carlos Coronado, uno de los creadores de Mind Path to Thalamus, que precisamente pude disfrutar en unos Samsung VR Gear. No puedo hablar mucho del juego en sí, obviamente, pero sí que os puedo contar cómo fue la experiencia. En primer lugar, la sensación de inmersión es total, a pesar de que se nota claramente que la resolución no es la mejor y el apartado técnico viene limitado por el propio teléfono móvil. Pero sí que me sentía parte de ese mundo y sí que el control reaccionaba estupendamente bien. 

 

Carlos había planteado una pequeña experiencia en la que debíamos completar unos pequeños puzles en diferentes escenarios. Tú estás dentro de los escenarios, y puedes mirar y moverte por ellos en cualquier dirección. No hay mando ni utilizas ningún teclado para moverte, y ahí precisamente es donde destaco el trabajo de Carlos Coronado en esta demostración: no fue hasta el momento de terminar y quitarme las gafas cuando me di cuenta de todas las cosas que hacía bien el juego para mantenerte inmerso en la experiencia, a pesar de que, como os he dicho, los gráficos no pueden resultar tan espectaculares como los que pueden llegar a ofrecer otros productos de Realidad Virtual. 

 

Pero entonces, ¿cómo me movía por los escenarios si no había mando ni teclado? ¿cómo era el juego capaz de adivinar que quiería moverme y no solo mirar hacia un lugar del escenario concreto? Esto se conseguía, simplemente, a través de unas esferas blancas situadas en el escenario. Al quedarte mirando en el interior de esas esferas blancas, comenzamos a movernos lentamente hacia esa dirección. Es decir, que el movimiento también se realiza a través de la vista, pero es capaz de entender hacia donde estamos enfocando la vista claramente para comenzar a realizar el movimiento o no. Parece una estupidez, pero precisamente esto es lo que consigue que la inmersión sea todavía más grande: que no sea necesario interactuar de más con otros elementos externos a lo que estás viendo a través de las gafas. 

 

 

En la versión de Realidad Virtual de Mind Path to Thalamus, en la que utilizamos Oculus Rift, necesitas un teclado y un ratón para poder jugar. Es imposible hacerlo de otra manera. Y eso, a mí, me saca un poco de la experiencia. Saber que tienes que pulsar un botón para avanzar por ese mundo que trata de hacerte entender que estás dentro de él no es del todo satisfactorio, por no hablar de la posibilidad de que pierdas la posición de la mano en el teclado y tengas que quitarte las gafas para volver a situarlas bien, claro, porque si no sería imposible continuar jugando. 

 

Parecen experiencias de Realidad Virtual sencillas, porque utilizan tecnología que quizás no sea tan potente como otras. Pero Samsung VR Gear, con un buen trabajo de desarrollo como en este caso, es capaz de proporcionar una gran experiencia de Realidad Virtual. 


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