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¿Merece la pena The Outer Worlds en Switch? No en modo portátil, y jugado en la tele...

Un port esforzado pero sin milagros
Por Adrián Suárez Mouriño

The Outer Worlds en Nintendo Switch no es la experiencia idónea para jugar a este juego. Los problemas que os imagináis están ahí: largos tiempos de carga, una definición escasa, texturas pobres y un emborronado general en la imagen. El videojuego se disfruta mejor en sobremesa que en portátil, donde a estos problemas se le suma que los sticks de los joycons no son todo lo preciso que uno desearía para apuntar bien. ¿Eso quiere decir que estamos ante un port desastroso? No del todo.

 

En esta conversión se ven ganas de hacer las cosas bien, pero duramente enfrentadas a las limitaciones de Nintendo Switch. El juego tiene momentos en los que la conversión parece una virguería. Tanto en algunos espacios cerrados como en las cinemáticas, el apartado gráfico está bastante bien resuelto, incluso en portátil, pero al viajar a zonas amplias la cosa empeora mucho, en especial si jugamos a través de la propia pantalla de Switch,

 

 

Es decir, este port no es ningún milagro técnico, hace lo que puede y a dónde no logra llegar podría decirse que es más por la consola que por el propio juego. Dónde sí lo hace mejor es si hablamos de rendimiento. El título es bastante estable, con unos treinta frames que suelen mantenerse casi siempre, pero no es suficiente para complementar los problemas de definición, texturas o falta de distancia de dibujado.

 

Pese a todo esto, The Outer Worlds en Nintendo Switch es un videojuego perfectamente jugable, pero que por las deficiencias en el control y en la imagen hace que sea menos disfrutable que las versiones de PC, PS4 y Xbox One. Hay tiempos de carga muy largos, cometerás errores al apuntar y la clave de esta versión, el motivo real de jugarlo: hacerlo en portátil, no está del todo bien resuelto.

 

Luego está el problema de siempre. La versión para Switch sale de lanzamiento a 59,95€ mientras que ahora mismo en Epic Games está a menos de 40€ y también forma parte de Game Pass. La tarjeta que trae la edición física solo contiene una parte del juego y el resto hay que descargarlo. Personalmente, creo que en casos como Dragon Quest XI, la bajada de calidad no afecta directamente a la experiencia de juego, pero sí que ocurre aquí.

 

De nuevo, insisto, es perfectamente jugable y cuenta con algunas zonas mejor resueltas que otras, pero cuando el videojuego le pide músculo a Switch, ahí se ven los problemas. Si queréis comprarlo, recordad lo que os digo: solo os apetecerá hacerlo en la tele y con un mando pro, no en modo portátil. Jugado en la pantalla del televisor, a veces y solo a veces, parece el de verdad.


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