Merece la pena regresar a Legends of Runeterra

Este fin de semana he vuelto a Legends of Runeterra; ¿y cómo no hacerlo? Me había marchado al pueblo y ya me había aburrido de ingeniar trampas para cazar avispas velutinas (también conocidas como dragones o abeconejos). Pero me ha gustado hacerlo. Dejé Legends of Runeterra tras jugar muchísimo durante sus primeras semanas de lanzamietno. El motivo es que a mí no me interesa jugar para clasificarme de primero en no-sé-qué ranking mundial. No quiero enfadarme jugando online ni ser el mejor. No vivo el videojuego como si yo fuera un personaje de un shonen excesivo. Lo que me gusta es que un videojuego retuerza sus reglas para entretenerme.

 

Me estoy refiriendo a que, juegue online u offline, necesito premios, recompensas, acertijos y desafíos que me den placer más allá de ganar o perder. Y Legends of Runeterra me lo está ofreciendo ahora mismo. Además de las ya conocidas misiones diarias, ahora está activo un evento con aún más retos que completar. También se ha incorporado el descacharrante modo laboratorio y los enfrentamientos.

 

 

El laboratorio te invita a jugar de una forma anárquica, con cartas que él mismo te propone y contra otro jugador, lo que a tipos como a mí, que amamos lo ‘loco’, nos viene como anillo al dedo.

 

LoR tiene una estupenda ventaja: a poco que te dediques a jugar con relativa intensidad un par de semanas, te puedes montar un mazo bastante competitivo sin gastar ni un solo euro. Haciéndolo así, me he montado un deck recurriendo a códigos de mazo suministrados por gente más pro que yo para disfrutar de otro modo que se ha incorporado: los enfrentamientos: siete combates seguidos con un interesante plus de experiencia si los ganas todos. Lo genial es que la racha solo termina si te ganan dos seguidos. Si no, siempre puedes remontar.

 

Para completar los motivos que me tienen de nuevo enganchado, el evento ahora activo, conocido como ‘evento del florecer espiritual’ me ha propuesto nuevos desafíos que me han obligado a hacerme barajas distintas. Gracias a ello, he descubierto nuevas maneras de jugar a este título de cartas que me apetece probar en los modos tradicionales.

 

Así que si como yo os encontráis en el rural perdidos, sin nada que hacer, y hartos de cazar abeconejos o dragones, volved a instalaros Legends of Runeterra. El juego sigue igual de generoso con sus premios, solo que ahora tiene nuevas formas de dejar que el jugador los gane.

<< Anterior Siguiente >>