Media Molecule se marca su particular Edith Finch en Dreams
Termina la música. Los pies me bailan. Todavía no acabo de creerme lo que acabo de experimentar. Dejo el mando sobre la mesa y tomo aire antes de sentarme a escribir. Dreams acaba de actualizarse para los que lo compramos en el acceso anticipado, y El Sueño de Art, ese juego que la gente de Media Molecule había prometido, me ha enamorado y no veo la hora de volver a jugar.
Audaz, sorpendente, sencillamente genial
El Sueño de Art es una experiencia corta. Apenas dos horas en las que Media Molecule juega a mostrar las posibilidades de su brillante Dreams sin caer en el engaño de ser un mero escaparate sin corazón. Las dos horas que dura El Sueño de Art están cargadas de emoción, sonrisas, pellizcos al corazón y maravillas. Dos horas en las que lo onírico se hace real y los recuerdos se dan la mano con el imposible, el afán de superación, el videojuego, y, sobre todo, la música.
Media Molecule nos presenta su locura a golpe de contrabajo, trompeta, piano e incluso guitarra eléctrica. Pone a disposición del jugador una serie de sensaciones y mecánicas que van encadenándose de forma tremendamente fluida. Lo que parece una aventura gráfica se convierte en plataformas 3D, en juego de puzzles, en plataformas 2D, en shooter multidireccional, en un particular Road Rage y, finalmente, en todo un shooter de naves con scroll lateral sin darte tiempo casi a asimilar todo lo que la buena gente de LittleBigPlanet está desplegando ante tus ojos.
Así da gusto
El Sueño de Art no es sólo lo más bestia que vas a jugar en mucho tiempo en Dreams, sino también una experienca tremendamente placentera, una de las más descaradas, frescas, originales y auténticas de he tenido la suerte de disfrutar en PS4. En apenas dos horas, 'lo que dura una película', Media Molecule se las ha arreglado para mezclar cinemáticas con juegos, historia, zonas interactivas e increibles números musicales en los que lo mismo te cantan un rap tres porteros de discoteca que se marcan un vídeo musical de jazz que pone los pelos de punta.
No puedo menos que quitarme el sombrero ante el trabajo de Media Molecule en Dreams, y tirarlo al fuego para no volver a ponérmelo jamás tras su labor con esta actualización, disponible desde el martes para los compradores de acceso anticipado y desde hoy para todos sus nuevos usuarios. Ha tenido que ser difícil lanzar algo tan especial y no un juego genérico con las posibilidades del motor, pero sin duda ha merecido la pena. El Sueño de Art es una obra personal, un juego de autor imbuido por la filosofía de los mejores cortos de Pixar, la locura más noventera del mundo del videojuego, la época dorada de los vídeos musicales y ese amor por la imaginación y la creatividad del que la compañía hace gala desde sus primeros trabajos. Al final han conseguido que vuelva a interesarme por un universo que pensaba en decadencia. Ojalá Dreams siga vivo en PS5, porque Mm ha dejado claro que se pueden crear auténticas obras de ensueño.
¡Nos leemos!
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