Me gusta pasar la Navidad en los videojuegos

Aunque es totalmente cierto que no existen videojuegos navideños como tal, salvo algunas excepciones que encontramos sobre todo en títulos destinados a los dispositivos móviles, no quiere decir que la Navidad no exista en nuestro medio. De hecho, lo que ha ocurrido en estas fechas dentro de nuestro ocio es un gran ejemplo de cómo ha evolucionado el mundo de los videojuegos en todos los sentidos, sobre todo en la concepción de la mayoría de obras existentes en el mercado. 

Para cualquier aficionado que haya estado atento de la actualidad del videojuego, o que sea jugador de varios títulos, no habrá pasado inadvertido la enorme cantidad de eventos navideños que asolan ahora a cada obra. No hay ni un solo videojuego que no haya incluido algún tipo de elemento especial para ambientar estas fechas, sea más o menos importante. Eventos especiales, nuevos modos de juego, cambios en los escenarios, mapas, regalos... no existen juegos navideños como tal, porque la concepción de un videojuego es diferente del de una película, por ejemplo, pero eso no quiere decir que no se incorporen elementos propios de las festividades de nuestro mundo real. 

A mí me gusta que ocurra esto y, como digo, ejemplifica muy bien la evolución del medio. Hace unos pocos años (tampoco demasiados) esto era impensable. Eventos y cambios temporales eran algo que no se incluía jamás en ningún videojuego, y ahora somos conscientes de que una gran cantidad de ellos lo tienen. De hecho, casi que parece raro que algunas obras no lo incorporen más que lo contrario. Forma parte de la intención de los videojuegos hoy en día y deja en evidencia la intención comercial de las grandes compañías actualmente: generar obras perpetuas, para garantizar que el jugador no sienta que está gastando demasiado dinero en un producto que le va a durar poco tiempo. 

Generar nuevos contenidos o excusas para regresar a un videojuego nunca puede ser malo. Ya sea para echar un vistazo a un cambio visual de un escenario, o para conseguir un regalo que hace la propia compañía, o conseguir nuevas cajas con elementos de personalización limitados, la Navidad está sirviendo para que muchos jugadores puedan regresar a esos videojuegos que ya han comprado y disfrutar de nuevos contenidos sin gastar dinero. Es lo que busca este medio ahora mismo: generar experiencias perpetuas, con mecánicas y desarrollo de juego que garantice un endgame infinito a ser posible. Me ha gustado pasar la Navidad entre tantos videojuegos que también la han celebrado a su manera y lo siguen haciendo, sabiendo además que muchos jugadores han podido disfrutar de ella también sin tener que gastar dinero obligatoriamente en otras propuestas.