1. Mundogamers
  2. Noticias

Matar en Dishonored 2 es un gusto

Pocos juegos de sigilo hacen eso bien
Por Tipo de Incógnito

Me vais a perdonar por ilustrar esta pieza con una imagen de Dishonored, el primero, pero es que la muerte de Aznar en ese juego siempre me hace mucha gracia y hoy me la he encontrado buscando una imagen para hablar de las muertes en Dishonored 2. Si ya he alabado el sigilo y la variedad y hasta los personajes del juego, toca cerrar esta obsesión mía con el juego hablando de lo bien que me lo he pasado siendo un animal en mi segunda partida. 

 

He jugado como Corvo y he recuperado aquellos poderes del primer juego que tan versátiles eran y que, me temo, son mejores que los de Emily. Y qué gustito da usarlos para hacer el mal. Mi favorito, creo, es la ralentización del tiempo, que en el sigilo es útil, pero que para manipular a gente es perfecto y que permite dejar preciosos puzles de destrucción paradas en medio de la acción para que se resuelvan en cuanto vuelva a ponerse en movimiento el juego. 

 

 

Podría estar un buen rato describiendo la escenas que casi me he trabajado para matar a un grupo de gente o para asaltar un lugar a lo bestia. Descuartizar enemigos con trampas, lanzarles un soldado robot modificado, distraer con un flechazo a un enemigo para que se mueva a una posición de seguridad para mi persona y, entonces, saltarle encima para acuchillarlo... En fin, un montón de cosas.

 

Dishonored 2 presenta un juego de sigilo a quienes nos gusta eso, pero también es un puzle de muertes para quienes se trabajen no el pasar desapercibido, sino las situaciones perfectas para ejecutar. Solo echo en falta que el matar a un objetivo en una misión no fuera tan directo. Cuando optas por la vía no letal, te lo tienes que currar mucho explorando, pero no es el caso cuando optas por matar, que puedes ir directísimo al grano. Es el único fallo que le veo, y es más a nivel narrativo que jugable, así que tampoco me quejo. 

 

 

Creo que alabar por igual la muerte y el sigilo de un juego pensado para ambas cosas es el mayor piropo que se puede hacer. La primera parte, por mucho que nos gustara, no era tan potente en el apartado violento y siempre se salía ganando haciendo uso de las sombras, pero eso en Dishonored 2 no es cierto. Por supuesto, que te rodeen varios enemigos es un suicidio, pero ahí entra la perspicacia de cada uno para ser un asesino competente e inteligente. 

 

No sé si jugaré Dishonored 2 por tercera vez para probar qué tal se porta Emily como asesina de súbditos, porque Final Fantasy XV está a la vuelta de la esquina y porque ya estoy jugando a Pokémon como un loco; pero acabarse un juego y que te apetezca jugarlo de nuevo para seguir probando nuevas cosas es algo muy bonito y que dice mucho de lo bien que hace Arkane las cosas al construir mundos, al plantear formas de jugar y al dar opciones para aprovechar a la vez estas otras dos cosas.


<< Anterior Siguiente >>