Maldito sea el DualShock 4
Ya casi ha pasado un año desde el lanzamiento de PlayStatation 4 y, por narices, de Xbox One. ¿Cómo lo hemos vivido? Está claro que cada uno habrá tenido sus experiencias propias y que algunos estarán contentos y otros disgustados por el catálogo de la consolas. Lo que está claro, al menos por mi experiencia, es que todos tenemos una cosa en común: estamos hasta los huevos del DualShock 4.
Quizá exagere un poco, pero creo que cualquier usuario de PlayStation 4 que le haya dado algo de vidilla a su mando estará conmigo en que las gomas, los gatillos y los materiales en general del cacharro de Sony son nefastos. Si tu DualShock 4 aún conserva intactas las gomas de los sticks, enhorabuena, porque formas parte del más selecto club del mundo del videojuego: quienes no tienen las gomas arañadas pese a no tener uñas, desgastadas pese a haber jugado poquísimo o directamente arrancadas por haber jugado al FIFA 14 con algo de intensidad durante todo el año.
Es absurdo que Sony haya metido así la pata con la primera hornada de mandos de su, por otro lado, genial consola. PlayStation 4 es la mejor consola que haya hecho jamás Sony, casi me atrevería a decir que está mejor construida que la PS2, que era bonita y retro y fantástica para el año en el que se lanzó; pero su mando es una porquería, y eso tira mucho por tierra parte de sus bondades, sobre todo porque reponer el mando cuesta 60 euros o estar un mes sin jugar porque en Sony no son precisamente veloces con los repuestos de garantía.
Lo mejor de todo es que esto contrasta con el interior del DualShock 4 en sí: para los FPS, es tremendamente preciso y cómodo. Yo me he cargado el mando jugando a Destiny, pero he de decir que la experiencia ha sido muy grata: el control es preciso, los gatillos son cómodos – aunque terminaran chirriando como bisagras rotas – y los sticks permiten apuntar casi mejor que un mando de Xbox 360, que hasta el momento era mi referente. Quizá sea más cómodo apuntar con los sticks más arriba, con la posición de los mandos de Xbox, pero vaya, eso es cuestión de gustos ya.
Espero que al menos Sony esté lanznado mejores versiones del mando ahora que saben que hay un problema, aunque no sé yo. Sí recuerdo que los primeros DualShock 3 eran también un poco endebles y el plástico era peor que los que se vendieron más adelante en la generación, pero no he podido comprobar que haya sucedido lo mismo con los DualShock 4.
Y ya está, esta ha sido mi rabieta del mes. Me fastidia mucho que un producto que se vende por separado a precio de oro y que es imprescindible para jugar no tenga una durabilidad aceptable. Y en este sentido, también hablo de su batería, que vaya narices con su duración si se compara con la del DualShock 3. En fin, Sony, una de cal y otra de arena, ¿eh?
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