Majora´s Mask y los remakes que saben a nuevo

El caso de Majora´s Mask es curioso, porque sabe a revulsivo, a esa cosa rara nueva y desconcertante que muchos pedimos cuando uno saga aburre, está pasada o se repite; pero salió justo cuando menos lo necesitaba, tras uno de los títulos más influyentes de la historia y mejores: Ocarina of Time. The Legend of Zelda no necesitaba a Majora´s Mas tras aquel, necesitaba un Wind Waker, por ejemplo; un título bueno pero que no desmontara y reconstruyera los pilares de uno de los iconos de Nintendo.

 

Pero el tiempo pasa, fluye y pone de nuevo a aquel Majora´s Mask en su sitio, un título que a mí me resultó terriblemente desconcertante por aquel entonces. Yo no estaba preparado para el juego, quizás no lo entendí o no era lo que buscaba. ¿Pero y ahora? Aonuma lleva mucho tiempo dándole vueltas a la saga, pero al final lo que ha hecho es añadir capas que se superponen a la original: que si una espada que se mueve (regular) antes nuestras interacciones, que si el modo pegatina, que si trenes, que si mecánicas basadas en la portátil.... Pero todo eso no son más que manos de pintura que intentan darle un nuevo aire a la marca. Y al final, los dos mejores títulos que hemos recibido esta generación del héroe que viste de verde han sido el remake del Wind Waker y sí, muy posiblemente: Majora´s Mask.

 

 

Porque el original de Nintendo 64 no añade cosas, no pinta por encima ni viste a la mona de seda. Lo que hace es cambiar la mona por otro animal; ¿cuál? Pues no lo sé, pero uno distinto que altera la narración, el desarrollo y las mecánicas. Sigue siendo Zelda, pero también es otra cosa, una muy interesante que ahora sí hace falta.

 

Lo de los remakes, en muchos casos, es una soberana tontería, pero otras hace mucha falta. Buscar en el baúl de los recuerdos (uh-uuuuh) es en ocasiones la mejor manera de resucitar una franquicia o de obtener nuevas ideas. Con esto del anuncio de Majora´s me ha dado un puntito retro de recuperar antiguos RPG que nunca jugué pero que son considerados como unos abanderados en lo suyo. Así llegué a Ultima IV, un título que en 1985 ya fue capaz de plantear una aventura en la que la misión no era cargarse a un archidemonio, sino convertirse en aquel capaz de educar a un mundo con su ejemplo, ¿y cómo? Pues interactuando con su mundo de la mejor manera, hasta el punto de no matar a los enemigos que te encuentras para dar ejemplo de justicia (Rafa, retroanálisis ya)

 

En el pasado hay muchos títulos formidables con ideas únicas, y rescatarlos puede traer al presente esa innovación que demandamos, pero que ya existe. Hay muchas ganas de catar Majora´s Mask por eso mismo.

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