Majora's Mask sigue siendo el mejor Zelda

Bueno, ya me he pasado Majora's Mask, con todas las máscaras, objetos, misiones y corazones salvo dos piezas que no sé cómo se consiguen pero que sospecho que tienen que ver con las dos nuevas zonas de pesca del juego. Sí, ahora se puede pescar tanto en una zona próxima al Pantano como en otra en la Bahía Zora. Nada del otro mundo, pero es curioso que los peces cambien según la hora y el día.

 

Esto es otro detalle más de lo revolucionario que sigue siendo Majora's Mask a día de hoy y de lo obsceno que es que nadie le haya copiado las ideas todavía. Lo más cercano que tenemos es Lightning Returns, donde sí tenemos el tiempo contado, donde el mundo va cambiando según pasan las horas y donde es posible quedarse con misiones por hacer si no te organizas bien el tiempo, aunque no hay mecánica para volver atrás y repetirla, como sí tiene Majora's Mask.

 

 

Esta aplicación al videojuego del Día de la Marmota sigue siendo hoy tan impresionante como entonces, y aunque poder viajar a las horas exactas con la Doble Canción del Tiempo ahora impide ver cómo la ciudad cambia mientras esperas a que suceda el evento que estás esperando, porque es más cómodo saltar a los eventos sin más; la sorpresa de que algo te pille desprevenido por ser cierta hora y que se te pase un evento por despiste sigue estando ahí.

 

En una era donde los videojuegos no respetan tu tiempo y te tienen 100 horas haciendo misiones de correveidile (ojo, que no pasa nada si te gusta esto, pero a mi no me parece lo mejor para pasar el rato), Majora's Mask sabe perfectamente el valor del tiempo y lo transmite a la perfección con cada pequeña misión, la cual siempre, siempre, siempre está recompensada por un objeto importante, ya sea una máscara, una botella vacía o una pieza de corazón. 

 

Para una saga que gira en torno al tiempo y cuyo héroe es el campeón de esta dimensión de la realidad, Majora's Mask es una cumbre que aún no se ha superado y que, probablemente, jamás se vuelva a alcanzar en la saga Zelda. Es muy difícil conectar tantísimos elementos y significados de una saga de forma tan brillante, tanto que, si yo fuera Aonuma, estaría particularmente orgulloso (y acojonado) de que Majora's Mask fuera mi primera contribución a la saga Zelda como director. 

 

 

Y por último, no puedo dejar a un lado las teorías en torno a este juego, a sus personajes y a la interpretación de su historia. ¿Realmente es posible que un Zelda, una saga que siempre cuenta una historia de hadas de un héroe, una princesa y un malo muy malo, se atreviera a hacer una gran metáfora jugable de las cinco fases del duelo por las que tuvo que pasar Link para superar la pérdida de Navi? Todo encaja, la verdad, pues cada uno de los cinco mundos se corresponde con cada fase, pero cuesta creer que un Zelda pueda ser tan profundo. 

 

En fin, quizá me pueda el fanatismo con este juego, pero volver a jugarlo y volver a fascinarme con sus mecanismos ha sido una gratísima experiencia. Os animo a sumergiros en ella si no lo habéis hecho antes y a comparar su mundo, su historia y sus personajes con los de cualquier otro Zelda, aunque realmente no haya comparación posible pese al reciclaje fortuito de assets que hicieron de Ocarina of Time.

 

Ni El Mejor Zelda de la Hitsoria™ puede competir con Majora's Mask. Creo que el tiempo, quién si no, me dará la razón. 

<< Anterior Siguiente >>